DATOS PERSONALES

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* Escritor y periodista especializado en los aspectos políticos de la globalización. * Presidente del Consejo del World Federalist Movement. * Director de la Cátedra de Integración Regional Altiero Spinelli del Consorzio Universitario Italiano per l’Argentina. * Profesor de Teoría de la Globalización y Bloques regionales de la UCES y de Gobernabilidad Internacional de la Universidad de Belgrano. * Miembro fundador de Democracia Global - Movimiento por la Unión Sudamericana y el Parlamento Mundial. * Diputado de la Nación MC por la C.A. de Buenos Aires

lunes, 30 de noviembre de 2009

Programas TV.-


El miércoles 2, a las 23, voy a estar en "A Fuego Lento", con Clara Mariño, en una mesa en la que debatiremos sobre la reforma política.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Intervención en el Recinto.-


Tratamiento del proyecto del ley sobre la creación del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo. Miércoles 25 de Noviembre de 2009.


Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- Tiene la palabra el señor diputado por la Capital.

Sr. Iglesias.- Señora presidenta: parece que el último es un mes particularmente difícil para mí, en el cual tengo la ardua tarea de, con la mayor honestidad, en la función que me comprende como diputado nacional y con el compromiso de defender los intereses de todos los ciudadanos argentinos, oponerme a proyectos de ley que, como deportista, como entrenador y como parte del movimiento deportivo argentino, especialmente en su dimensión de alto rendimiento, he esperado desde hace décadas.
Voy a solicitar paciencia a los señores diputados para hacer un breve racconto.
Soy profesor de educación física, entrenador nacional e internacional de voleibol y me he dedicado veinte años a entrenar equipos profesionales de voleibol en la Argentina, en España y en Italia. Además, soy licenciado en Alto Rendimiento Deportivo. Fui el abanderado del Comité Olímpico Argentino en la primera promoción egresada de la licenciatura en Alto Rendimiento Deportivo que organizan la Universidad de Lomas de Zamora, la Secretaría de Deportes y el Comité Olímpico Argentino. Durante cinco años trabajé como profesor universitario de la que quizá es la materia más importante en la licenciatura, que es Metodología del Entrenamiento, cargo que dejé para empezar la campaña política en el año 2007.

Digo que es muy difícil oponerme a esta iniciativa porque quienes hemos participado en el alto rendimiento deportivo argentino la esperamos desde hace décadas. En el año 1982 yo era el entrenador de la selección juvenil de voleibol, y en el Cenard no solo no teníamos aire acondicionado sino tampoco ventiladores, por lo que estuvimos tres meses prácticamente calcinados –en los dormitorios hacía cuarenta grados‑ y así nos preparamos para un campeonato sudamericano que se celebró en Paraguay.
Muchos de los deportistas que están aquí presentes en las galerías me conocen desde hace veinte o treinta años, y saben que pocas personas están más convencidas que yo de la necesidad de contar con una ley de este tipo. Necesitamos esta ley, este es un compromiso político que tienen todos los bloques que integran esta Cámara, no solo del oficialismo sino también del bloque de la Coalición Cívica, y yo lo vengo a reafirmar aquí. Es un compromiso de la oposición que se sancione una ley en la materia, pero lamentablemente tengo que decir que esta es una ley muy mala, hecha a las apuradas, que no contempla muchísimos aspectos que debería contemplar una norma de estas características.
Todas las intenciones que hemos puesto de manifiesto en la comisión para sugerir reformas o modificaciones fueron rechazadas en forma unánime, sin que nos fuera posible cambiar ni una coma al proyecto presentado, el cual contiene una serie de errores muy importantes que paso a detallar.

En primer término, esta es una ley que está directamente relacionada con la designación del señor Werthein al frente del Comité Olímpico Argentino. Yo he asistido a su asunción, lo he saludado en persona y le deseo lo mejor como presidente de dicho comité. Sin embargo, considero que desde las instituciones de la República tenemos un compromiso con todos los ciudadanos argentinos, y dicho compromiso se vincula con algunas cuestiones. Una primera cuestión tiene que ver con la forma de financiación, y otra no menor se vincula con la carencia de un proyecto estructural que fundamente esta norma, que no existe en ningún lado.
Por otro lado, hay un aspecto que no me parece menor, y es el caso de las federaciones deportivas. En este sentido, les recuerdo que la federación deportiva más importante de este país, la Asociación del Fútbol Argentino, tiene un presidente vitalicio que se llama Julio Grondona. Yo no tengo por qué desconfiar del señor Werthein ni tampoco estoy en contra de que el Comité Olímpico sea la principal autoridad. Pero si ese comité le pide a la Cámara de Diputados de la Nación y, en consecuencia, al pueblo argentino, que aporte una cifra que en la comisión de Deportes se estimó en 200 millones de pesos, lo menos que tiene que hacer es impedir la reelección permanente del cargo de presidente. Ya tenemos un Grondona y no queremos tener dos. Le dimos 600 millones de pesos a Grondona y, después de lo que ha pasado, no me parece apropiado darle ahora 200 millones de pesos al señor Werthein, ni a ninguna otra persona.
La otra irregularidad severa del tema de la financiación es de dónde surgen los fondos. Los fondos surgen de la telefonía celular, que ya sea en forma de abono o en la forma en que sea, hoy es un insumo básico para muchos trabajadores. Hablo del plomero, del gasista, de infinidad de personas que viven en barrios carenciados donde no llegan las líneas telefónicas y que necesitan tener teléfono celular para trabajar y comunicarse. Y la forma más barata de tener telefonía celular es a través del abono y no mediante la tarjeta. De manera que otra vez le estamos metiendo la mano en el bolsillo al sector más desprotegido de la población y directamente se lo damos a una persona, que merece todos mis respetos pero que permanece activa en el sector privado y que es además un empresario propietario de una de las firmas que serán agentes de retención de este sistema.
No debemos olvidar que quienes van a recoger este dinero son las empresas telefónicas. Por la ley la van a tener que devolver al estado después de un mes, lo que en la Argentina no quiere decir nada porque en medio de un cambio de tarifas, de una devaluación o de cualquier otro evento ineperado, el deporte olímpico argentino se queda de nuevo sin financiación.
Nosotros proponemos otras formas de financiar este proyecto, que me parece importante, a través de otros medios, como por ejemplo, el juego. En la Argentina el juego es uno de los sectores que menos impuestos paga. Entonces, saquémosle al juego y no a las personas que necesitan el teléfono celular para trabajar y empecemos a rediscutir este aspecto de la ley.
Quiero decir además que si el presidente del Comité Olímpico Argentino –quien, como está diseñada esta ley va a ser el presidente del ENARD‑ es además un socio importante de una compañía telefónica que opera como agente de retención, allí existe una irregularidad muy grande y evidente. De manera tal que si este proyecto sigue adelante vamos a denunciarlo ante los órganos pertinentes.

Otro punto que está muy mal en la ley es el predominio que tiene el Comité Olímpico Argentino sobre la Secretaría de Deportes. Quienes tanto critican al neoliberalismo deberían pensar si es o no neoliberal sacarle 200 millones a los ciudadanos argentinos más pobres para dárselos a un empresario privado que se acaba de hacer cargo del Comité Olímpico Argentino.
Por otra parte, a través de esta ley vamos a permitir que un Comité Olímpico con reelección indefinida sea la autoridad de aplicación de la ley. En verdad, para hacer discursos contra el neoliberalismo y hablar del predominio del Estado ciertos sectores son muy buenos, pero cuando redactan las leyes sería bueno que respetaran los principios que dicen defender.
Otro punto fundamental de la ley es que no tiene una fundamentación ni en su gasto ni en su estructura. La pregunta entonces es en qué se va a gastar el dinero, porque hay una enumeración: becas para atletas, subsidios a la Secretaría de Deportes, honorarios de entrenadores, apoyo económico general, es decir, hay una serie de ítems, pero la pregunta es en cuáles se va a gastar, bajo qué límites y qué cantidad de dinero total se necesita. Y esa parte fundamental del proyecto no existe en ningún lado.

Nuestro país vive hoy una situación muy difícil, con enormes deficiencias en planos prioritarios como salud y educación. El deporte de alto rendimiento tiene que ser atendido pero para que ello ocurra y sean destinados recursos tiene que haber un proyecto. La Secretaría de Deportes junto con el Comité Olímpico Argentino tienen que presentar un proyecto de cuáles serán las estructuras, cuántos cargos se van a designar, cómo será el método de designación de los profesionales a cargo. Nada de eso tenemos. Tenemos un impuesto regresivo del uno por ciento, que podría ser del 10 por ciento o cualquier otro porcentaje. Podrían ser 200 millones, 50 millones o 400 millones, porque al oficialismo le da lo mismo, porque en definitiva paga la gran caja, el gran bolsillo agujereado de los ciudadanos argentinos más pobres.

Este proyecto necesita volver a la comisión para que el Comité Olímpico Argentino y la Secretaría de Deportes presenten la fundamentación de cuánto piensan gastar y en qué piensan hacerlo. No tenemos ningún proyecto y sólo se dice: le damos 200 millones de pesos al señor Werthein, cruzamos los dedos y esperemos que sea una persona honesta y capaz.
Puede ser que sea así, pero hacer esto desde la Cámara de Diputados de la Nación es una gran irresponsabilidad.

Las designaciones también son un tema delicado, porque aquí estamos hablando de designaciones públicas y hay puntos del proyecto que son confusos en cuanto a la determinación de las obligaciones y potestades de este nuevo ente por parte de la Secretaría de Deporte. Por ejemplo, entre los conceptos se mencionan los honorarios de entrenadores y técnicos nacionales y extranjeros afectados al alto rendimiento. ¿De qué estamos hablando? ¿De los entrenadores de las selecciones? ¿Ahora desde el Comité Olímpico Argentino se va a designar los entrenadores de las selecciones nacionales? Esto no está claro en el proyecto, porque está hecho a las apuradas y con un gran desconocimiento del tema. Normalmente, los entrenadores de las selecciones nacionales son designados por las propias federaciones. Entonces, ¿qué entrenadores va a designar el Comité Olímpico Argentino? ¿Para qué federaciones? ¿Qué parte le compete a las federaciones y qué parte al comité? Nada de esto está claro.
Asimismo, el proyecto habla de la contratación de especialistas en ciencias aplicadas al deporte para apoyo de los atletas. Esto estaría bien, pero tendría que haber un método de designación. Estos son cargos públicos, y por lo tanto no pueden quedar a discreción del señor Werthein, ni del Comité Olímpico Argentino, ni de nadie. Son cargos que se van a financiar con impuestos restados al Tesoro de la Nación. Por eso tiene que haber un mecanismo de designación que evite nombramientos a dedo y haga que éstos se realicen mediante concursos de antecedentes, como sucede en todos los cargos del Estado. Este artículo va en contra de la legislación general, y en su momento lo haremos notar ante las autoridades judiciales correspondientes.
En otra parte del proyecto se hace referencia a la adquisición de elementos necesarios para el procedimiento del control antidoping. Hoy este control está en manos de la Secretaría de Deporte. ¿Quién se va a ocupar del control antidoping de aquí en adelante, entonces? ¿Este nuevo ente o la Secretaría? Esta es otra desprolijidad en un tema central, específico y muy delicado. ¿Vamos a permitir que el control antidoping de todos los deportes, incluido el fútbol porfesional, queden a cargo de un ente privado dirigido por un gran empresario? Me parece que quienes lo apoyan deberían primero leer el proyecto.

Y hay muchas otras cuestiones de este tipo, por ejemplo, las atribuciones de la asamblea general ordinaria. Uno de los puntos de la ley se refiere a la aprobación y modificación de reglamentos internos de la institución. O sea que todo lo que nosotros votemos es válido hasta que se reúna la asamblea general ordinaria del ENARD y diga que lo que hoy votemos no les gusta y cambien los reglamentos de la institución. Estamos delegando esta potestad legislativa al Comité Olímpico Argentino, le damos el dinero y después le permitimos que cambie completamente los reglamentos internos de la institución por una simple asamblea general ordinaria. Este es otro mamarracho que no tiene ninguna justificación.

Me decían en la comisión de Deportes que desde la Cámara de Diputados no podíamos pedir que no hubiera reelección indefinida porque eso implicaría inmiscuirse en las potestades propias del Comité Olímpico Argentino. Sin embargo, esta ley dice que el presidente y el secretario general del Comité Olímpico Argentino serán las únicas autoridades que podrán desempeñar los cargos de presidente, vicepresidente, secretario y tesorero del ENARD. ¿Esto no es intromisión? Es decir, no podemos impedir que haya reelección indefinida en el Comité Olímpico pero sí podemos decirle: “Tenés que elegir a uno de estos dos”. Realmente, el proyecto es inconsistente por donde se lo mire.

Insisto, señora presidenta: ratifico desde el bloque de la Coalición Cívica –y creo hablar en nombre de toda la oposición- la intención de que este proyecto de ley se apruebe lo antes posible. Pero para que sea un buen proyecto no tenemos que hacer esto a las apuradas; y si es así, que no les quepa duda alguna de que la próximo legislatura lo va a cambiar. Seamos prolijos y pidamos la vuelta a comisión del proyecto. Me comprometo a dar el apoyo de mi bloque, y creo que del mismo modo actuará el resto de la oposición. Están aquí presentes los deportistas olímpicos; nadie quiere estar en contra de este proyecto, pero queremos que sea una buena iniciativa, que dure para siempre, y no una iniciativa aprobada porque hoy está determinada persona al frente del Comité Olímpico Argentino y mañana se tenga que ir, porque todos sus fundamentos son improcedentes y contarios a la legislación general.
En particular, es inaceptable la forma de financiación; es inaceptable que el propio presidente del Comité Olímpico sea uno de los empresarios más importantes del negocio encargado de la retención y distribución de los fondos. Por ello, solicitamos que el proyecto vuelva a comisión y también pedimos que la votación se realice en forma nominal y artículo por artículo, y que cuando se realice la votación en particular, que el artículo 26 se apruebe por mayoría calificada por referirse a un tema impositivo. Muchas gracias señora Presidente.

lunes, 23 de noviembre de 2009

NOTA DE LA SEMANA.-


IZQUIERDA ARGENTINA
Aquí el Muro no cayó
Publicada en PERFIL, 21 de Noviembre de 2009. Columnistas.

Por su carácter de acontecimiento multidimensional (a la vez político, económico y social) y por su capacidad de ruptura epocal, que señala un antes y un después e inaugura una nueva era, la global, la caída del Muro de Berlín ha sido analizada desde infinidad de perspectivas.


Por su carácter de acontecimiento multidimensional (a la vez político, económico y social) y por su capacidad de ruptura epocal, que señala un antes y un después e inaugura una nueva era, la global, la caída del Muro de Berlín ha sido analizada desde infinidad de perspectivas. Sin embargo, visto desde la perspectiva del desarrollo del pensamiento político en Argentina, el saldo puede ser uno solo: aquí el Muro no cayó. Aquí los principios y las concepciones sostenidas por la mayoría de los sectores que a sí mismos se califican como “de izquierda” siguen siendo casi exactamente los mismo que regían antes de 1989.

Junto con el Muro de Berlín acabó un modelo de las relaciones entre Estado y mercado, que concebía a ambos sistemas constitutivos de la Modernidad, el político y el económico, en términos de antagonismo, conflicto y mutuo aniquilamiento. En la Argentina, en cambio, sobrevive una izquierda jurásica que cree que la democracia es producto de la abolición del capitalismo y piensa que destruir empresas e ignorar las reglas del mercado –en lugar de conocerlas e intentar conducirlas en beneficio del bienestar social– es el paso necesario hacia la justicia social.

Con el Muro de Berlín se cayó también una frontera que dividía en dos a Alemania, a Europa y al mundo, y con ella una concepción del desarrollo nacional basada en el aislamiento y la desconexión. No por nada, la Europa del Este fue avasallada material y simbólicamente por el extraordinario éxito de una Europa occidental cuya fuerza no se basaba solamente en la economía capitalista y la democracia política sino también en el desarrollo progresivo de una unidad democrática de escala continental cuyo nombre actual es Unión Europea. Aquí subsiste una izquierda devónica que sigue creyendo, en pleno auge de la globalización, que hay que vivir con lo nuestro, que habla de integración regional pero cree en el proteccionismo y que –a contramano de lo que las experiencias china, india y brasileña han demostrado– toda forma de conexión con el mundo avanzado opera en desmedro de los países en desarrollo.

Con la caída del Muro y del Imperio Soviético se diluyó en todo el mundo la idea de que el Estado debía hacerse cargo de todo. Subsiste en cambio en Argentina una izquierda paleozoica que parece creer que el Estado es la encarnación visible del bien sobre la Tierra y piensa que cada una de sus intervenciones en la realidad, desde la estatización de la deuda de Aerolíneas hasta el saqueo de los ahorros de los jubilados privados configura un paso adelante en la historia de la humanidad. “El Estado somos todos”, parece ser su lema, consigna algo curiosa en un país en el cual el genocidio estatal de los setenta y la estatalísima fijación del precio del dólar por una década (léase: Ley de Convertibilidad) han tenido los catastróficos efectos que todos los argentinos recordamos.

Con el lejano Muro que cayó tan lejos de aquí que el fragor producido por su caída no fue escuchado por las izquierdas locales, se vino abajo también una visión industrialista de la producción de valor que asociaba todo valor económico real al producto del trabajo físico y manual repetitivo, que despreciaba al resto de las actividades económicas por “parasitarias” y descargaba todo el peso fiscal sobre el agro y los servicios con el objeto de financiar el desarrollo industrial. Después de aquella caída, y con total desconocimiento de la devónica “izquierda” argentina, se fue configurando cada vez más netamente una sociedad global del conocimiento y la información en la que la producción de valor se basa en tareas intelectuales no repetitivas; en la que la forma primaria, secundaria o terciaria que adopta el producto final es indiferente a la creación de valor económico y en la que el valor agregado es conocimiento, diversidad cultural, información, innovación, comunicación y subjetividad –es decir: inteligencia humana– agregada al producto.

Finalmente, cayeron con el Muro el desprecio de la democracia como una cuestión meramente formal, el culto de personalidades carismáticas y salvadoras, la idea de que el partido único podía representar enteramente la enorme complejidad de intereses e ideas de una sociedad moderna, la aceptabilidad política de la censura a la prensa y de las persecuciones a la oposición y el paradigma del sacrificio de la libertad en aras de una supuesta igualdad que nunca llegó. Basta observar las posiciones y actitudes de la mesozoica “izquierda” nacional para comprobar que todos ellos son paradigmas aún vigentes para ella.

Populismo, nacionalismo, industrialismo, estatismo, anticapitalismo, antiliberalismo y anticosmopolitismo son los valores que con la caída del Muro desaparecieron del corpus ideológico de una izquierda que en la mayor parte del mundo avanzado se hizo socialdemócrata (es decir: defensora al mismo tiempo de la libertad y la igualdad, de la democracia política y el desarrollo capitalista, de los derechos sociales y las instituciones democráticas) y cuyo desarrollo está llegando –por fin– a varias naciones (Chile, Brasil y Uruguay) que representan hoy la vanguardia del continente sudamericano en el siglo XX. En tanto, en la Argentina, siguen las luchas entre los mamuts, los gliptodontes y los tiranosaurios.-

miércoles, 18 de noviembre de 2009

EDITORIAL DE LA SEMANA.-


MANUAL DE PROCEDIMIENTOS PARA
UN DÍA EN LA VIDA DEL POLÍTICO ARGENTINO NAC and POP

  • A las cero horas, apenas comenzado el día, sostenga que nada ha cambiado desde los tiempos en que Espartaco rebeló a los esclavos contra el Imperio Romano. A las cero horas y media escandalícese de que quieran llevar a 70 años la edad mínima jubilatoria en los países en los que el promedio de vida está llegando a los 90 años.

  • A la una de la mañana, insomne, afirme que la educación es la base de la libertad de los pueblos y asegure que está en marcha un complot contra la escuela pública cuyo objetivo es promover la estupidez cultural y la esclavitud asalariada. A la una y media enójese porque los sectores con estudios universitarios completos votan en contra de los candidatos populistas de su partido y afirme que sólo el pueblo es capaz de comprenderlo todo, intuitivamente y sin necesidad de libros que lo confundan.

  • A las dos de la mañana, dándose aires de superioridad moral, afirme que los pobres son la sal del mundo y señale que las clases medias son irremediablemente fascistas. A las dos y media sorpréndase –privadamente- por el fracaso de su gobierno nac&pop en clausurar la brecha social e indígnese, esta vez públicamente, por la circunstancia vergonzosa de que en la Argentina haya cada vez más ricos muy ricos y pobres muy pobres. (...)

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miércoles, 11 de noviembre de 2009

martes, 10 de noviembre de 2009

Editorial de la Semana.-

BERLÍN 1989: ¿EL COMIENZO DEL FIN DEL APARTHEID GLOBAL?

Después de los desastres causados por el apogeo del nacionalismo entre 1914 y 1944, al fin de la más grande tragedia de la Historia, tres procesos históricos determinaron el comienzo del fin de los tres siglos en que la Modernidad se encarnó en naciones. El primero fue la creación de las Naciones Unidas. El segundo, la progresiva construcción de la Unión Europea. El siguiente y consecuente fue la caída del Muro de Berlín. Todos ellos implicaron la abolición de fronteras geográficas, el fin del nacionalismo como paradigma indiscutible y la apertura de un camino hacia la posible y cada vez más necesaria unidad política del planeta.
Millones de páginas se han escrito acerca del significado de aquella caída. Casi todas han insistido en el fin de la tragedia comunista; muchas se han focalizado en la creación de un mercado económico unificado; casi nadie ha destacado que el proceso de la demolición del Muro comenzó con la huida de miles de alemanes del Este a Hungría y Checoslovaquia como parte de su escape hacia Occidente, seguida por la negativa de Gorbachov a reprimirlos, la afluencia masiva al Muro por parte de los berlineses de ambos lados y el derribamiento definitivo de la frontera que dividía en dos al planeta mediante una revuelta popular pacífica. Esa revuelta ha abierto la cuestión de la ampliación a la escala global de uno de los primeros derechos de ciudadanía: el del libre tránsito y residencia por el territorio. Esos fueron los signos políticos de la apertura de una Era Global que sólo será tal cuando comprenda no sólo el derecho a la libre circulación de mercancías sino también de seres humanos. (...)

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domingo, 8 de noviembre de 2009

Clases Magistrales. Revista Noticias.-



Publicado en Revista Noticias, Clases Magistrales, Noviembre de 2009.

Las lecciones que despliega el continente europeo como primera unidad supranacional pueden ayudar a la humanidad a potenciar los beneficios y enfrentar los riesgos que plantea la globalización. Segunda y última parte del análisis sobre un debate urgente.

A inicios del siglo XXI, el escenario europeo ha completado un ciclo único desde el nacimiento de los estados nacionales (Westfalia, 1648), pasando por su democratización iniciada con la Glorious Revolution (1688) y la Revolución Francesa (1789), hasta su actual progresiva defunción como centro monopólico de las actividades políticas de los hombres. Como ha afirmado Juan José Sebreli, Europa, primera en el alba de las naciones, es también la primera en la hora de su ocaso, de manera que como primer paso hacia la unidad política federal del mundo, el cambio operado desde la Europa de las Naciones de la primera mitad del siglo XX a la Europa progresivamente unificada de la segunda mitad tiene un valor demostrativo aplastante. Nada mejor puede ocurrirle al mundo que parecerse a la Europa que nació en 1950; nada peor que seguir el camino de la que la precedió.

Acerca de la guerra perpetua. La Primera Guerra Mundial detuvo la primera ola globalizadora, de carácter básicamente comercial e industrial, acabó con la Belle Époque y llevó a la humanidad a una crisis civilizatoria que originaría las peores catástrofes de la Historia y duraría treinta años. La Segunda Guerra sería una verdadera guerra civil interna a una incipiente Modernidad-mundo en la que sus facciones pro democrática y totalitaria se jugaron la futura hegemonía. La Guerra Fría revistió este mismo carácter, el de guerra civil planetaria, por medios aún más riesgosos pero que fueron mejor controlados, en parte gracias a las lecciones aprendidas acerca de las calamidades del nacionalismo extremo y en parte gracias a la existencia de la ONU, institución a la que –más allá de su actual ineficacia relativa en un escenario global, y ya no internacional– probablemente debemos la subsistencia de la vida en el planeta.

Pero este escenario de guerra y de preparativos para la guerra, que por sus consecuencias sobre la vida social en términos de militarismo, autoritarismo, condicionamiento de la vida política y despilfarro de recursos debería considerarse como parte de una guerra perpetua, no ha terminado aún. Por el contrario, las mismas tensiones que acabaron con la Europa de las naciones son presentadas hoy a escala mundial. Están tendiendo a configurarse como un choque de civilizaciones que no es tal sino un nuevo conflicto interno a la Modernidad-mundo, desarrollado –como siempre– entre sus sectores universalistas, progresistas y democratizantes, por un lado, y sus facciones retrógradas, territorialistas y tribales, por el otro. Como consecuencia de los efectos de una globalización desterritorializada, la línea que divide a ambos bandos es cada vez menos línea territorial. En verdad, no separa a Occidente de Oriente ni al Primer Mundo del tercero sino a quienes ponen la paz y la democracia por encima de los valores nacionales y los intereses tribales y quienes hacen exactamente lo contrario.

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jueves, 5 de noviembre de 2009

DISCURSO EN EL RECITNO.-

Tratamiento del Proyecto de ley sobre extracción compulsiva de ADN.
Código Procesal Penal de la Nación. Incorporación del Articulo 218 bis, sobre obtención del Acido Desoxirribonucleico - ADN - del imputado o de otra persona. Dictamen de Mayoría. Votación en General y Particular.
4 de noviembre de 2009.

Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- Tiene la palabra el señor diputado por la Capital.

Sr. Iglesias.- Señora presidenta: no voy a hablar de mi experiencia personal en materia de derechos humanos porque nada de lo que haya hecho o dejado de hacer hace a mis ideas mejores o peores. Pero déjenme decirles que he estado en minoría en los años 70, cuando gran parte de la sociedad argentina creyó que la transformación social pasaba por vías que no eran las de la democracia. Estuve en minoría durante la dictadura, cuando esa misma sociedad creyó que los derechos humanos no importaban, que algo habrían hecho y que por lo tanto había que reprimir y que todos los métodos eran lícitos. Y estuve en minoría en los 90, cuando íbamos a llegar por arte de magia al Primer Mundo, y seguí estando en minoría con el kirchnerismo, y también probablemente lo voy a estar ahora. Pero no por eso voy a dejar de decir lo que pienso, aunque estoy seguro de que muchas personas que quiero, y cuya lucha conozco desde hace mucho, no van a estar de acuerdo conmigo.
La primera pregunta que hay que hacerse en este tema es qué es la identidad, porque hay quienes usan aún hoy un concepto antiguo de la identidad según el cual la identidad nos viene simplemente dada por la historia. Es la identidad que tuvo mi abuelo; mi abuelo nació y era gallego, español, católico, heterosexual, campesino. Todo lo que era había estado fijado por su nacimiento. Hoy, en plena Modernidad, no pensamos a la identidad en esos términos. Pensamos a la identidad como la capacidad que tiene el propio sujeto de elegir quién es, de decidir cuál es su propia identidad. Y también la pensamos como imposibilidad de la sociedad, del Estado y de cualquier otro de imponerle a una persona una identidad -justa o no- pero que ella misma no reconoce.
La decisión soberana del sujeto es hoy la base de la identidad, y es por eso que son extraordinarios los éxitos que han tenido las Abuelas en encontrar cien nietos pero, hay que resaltarlo, se calcula que el número de nietos apropiados es cuatro o cinco veces mayor. La verdad, la triste verdad, es que siendo la cuestión de derechos humanos tan pública y dolorosa en la Argentina esto sólo se explica por un solo factor, y es que la mayoría de esos chicos no quieren ser encontrados. Yo puedo estar en desacuerdo con ellos, pero no puedo imponerles mi decisión, y creo que esta regla vale para todos.
Aquí se habló de psicología, de la necesidad de curar y reparar esta terrible herida. Pero la psicología moderna enseña que no hay cura si no hay voluntad de cura, y no se abrevia el paso hacia la cura obligando a alguien a someterse al tratamiento. Por el contrario, se lo cierra. Por eso considero que este proyecto de ley es muy malo, por varios aspectos, pero sobre todo porque no va a permitir la reparación, no va a permitir el camino de la reparación. El camino de la reparación de la identidad robada empieza cuando una persona consciente y voluntariamente quiere encontrar su origen y reencontrarse con aquella historia perdida por la dictadura genocida. Esta ley no permite eso; al contrario, lo obtura. Obtura ese proceso y obliga a la persona a enquistarse donde está. Invito a todos los que de buena fe y con buena voluntad, y después de enormes sufrimientos, piden que se sancione, que reflexionen sobre esto; que piensen si es esto realmente lo que quieren: imponerle a sus nietos una historia y una identidad que rechazan. Esta ley no cura, no sana, no reunifica, no permite que el individuo encuentre su camino hacia esa historia perdida. Por el contrario, es un obstáculo absoluto.
Se acaba el tiempo pero quiero hacer un par de aclaraciones más. La primera: lo que es compulsivo no es la extracción de sangre, sino la revelación ante ellos mismos y ante el resto de la sociedad de una identidad que esas personas manifiestamente no quieren reconocer. Quienes quieren hacerlo tienen todos los medios, y no lo hacen. Es una cuestión pública y el Estado debe garantizar el derecho de todos aquellos que quieren reconocer esa historia y encontrar esa identidad para que lo hagan. Pero no puede imponerles que lo hagan si no quieren.
Me pregunto quién puede hacerlo. ¿La sociedad argentina puede hacerlo? Esa sociedad, como sostuvo la Presidenta de la Nación, cuya gran mayoría apoyó ese genocidio, ¿tiene ahora derecho a imponer esto a sus víctimas? ¿Puede hacerlo el Estado, cuando fue ese Estado el que los secuestró y el que mató a sus padres, cuando fue el Estado el que los ocultó y el que permitió que pasaran años y años sin verdad ni justicia? ¿Tiene ahora derecho a infligirles lo que para la mayoría de ellos o para todos ellos -porque por algo se niegan- va a ser sentido como un daño moral irreparable?
Quiero subrayar otro aspecto que me parece importante de esta ley, que tiene que ver no sólo con los derechos humanos del pasado sino con los derechos humanos del futuro. El Estado argentino no admite, aun sabiendo que un ciudadano es culpable de un crimen horrendo, considerar como válidas las pruebas de ese crimen si esas pruebas fueron obtenidas ilegalmente. Es lo que ha enfatizado el garantismo, es decir: el respeto de las garantías constitucionales. Y cuando digo que no lo admite, digo que deja libre a un criminal si las pruebas fueron obtenidas ilegalmente por la Policía porque aceptar esas pruebas sería abrir las puertas a nuevas violaciones de las garantías. En cambio, si esta norma se sanciona como parece va a suceder, estaremos abriendo una puerta más para que el Estado, en nombre de valores del propio Estado, imponga su decisión sobre la decisión más sagrada del individuo que es la referida a su identidad, su intimidad y su privacidad, y sobre los modos en que después de una historia terrible quiere reconstruirla o no quiere hacerlo. ¿Por qué valen las garantías sobre la obtención de pruebas para los que quebrantan la ley y no valen para quienes han sido víctimas de un Estado genocida?
La decisión del individuo de negarse a conocer su historia pasada es exactamente la misma que impide la legalidad de la tortura. Cuando miles de personas murieron en actos de violencia terrorista se planteó esta cuestión: si el Estado tenía derecho o no a aplicar una tortura leve o una tortura moral a los miembros de una banda terrorista para obtener informaciones capaces de impedir nuevos atentados. En algunos casos esa tortura era solamente moral, como obligarlos a tirar el Corán por el inodoro por ejemplo, y la respuesta de quienes defienden los derechos humanos fue: no. Es Estado no tiene ese derecho aun cuando sea para proteger miles de vidas que pueden morir en un atentado y una persona tiene la información sobre cuándo y dónde va a tener lugar ese atentado. Porque abrir esa puerta para que el Estado, en nombre de un bien que el propio Estado considera superior, pueda aplicar un daño físico o moral irreparable a un individuo, es abrir la puerta a un Estado policial.

- Manifestaciones en las galerías.

Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- La Presidencia solicita al orador que redondee su discurso porque ha vencido su término.

Sr. Iglesias.- Así lo haré, señora presidenta. Debemos garantizar el derecho de quienes quieren saber y recuperar aquella historia, pero también debemos respetar el derecho de quienes han sido las más terribles víctimas de esta dictadura para enfrentar su drama como ellos decidan y no como nosotros decidamos. Ni siquiera tienen derecho a cambiar esa decisión sus familiares, que han sufrido tanto como ellos. Nadie puede imponerles esa decisión.
- Manifestaciones en las galerías.

Sr. Iglesias.- Lo que no podemos...

Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- La Presidencia le advierte al orador que se está excediendo en su término.

Sr. Iglesias.- Señora presidenta: hubo quienes se excedieron en su término. Estoy redondeando mi exposición.

Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- La Presidencia le aclara que está conduciendo la sesión.

- Manifestaciones en las galerías.

Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- La Presidencia solicita a quienes se encuentran en las galerías que respeten al orador.

Sr. Iglesias.- Quiero reiterar el compromiso de nuestro bloque con la verdad, con la justicia y con los derechos humanos.

- Manifestaciones en las galerías.

Sr. Iglesias.- Pero creemos que no se pueden defender los derechos humanos violando uno de los derechos fundamentales, como lo es el derecho que tiene cada uno de nosotros a establecer cuál es su propia identidad. Mucho menos se lo puede hacer desde un Estado que fue el causante de ese genocidio y de ese robo de la Historia. Si hoy violamos este derecho estaremos abriendo una puerta muy peligrosa hacia un Estado policial; hacia un Estado que considera que en nombre de altos principios, como la verdad y la justicia, tiene el derecho a violar el derecho individual a la integridad física y a la identidad personal. Por eso anticipo mi voto negativo a la cuestión. Gracias, señora presidente.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Clases Magistrales. Revista Noticias.-


Publicado en Revista Noticias, Clases Magistrales, Noviembre de 2009

El siglo XX europeo –con una primera mitad basada en la autarquía nacional y una segunda en la integración supranacional– es el marco ideal para observar los efectos de la globalización. En esta primera parte, el autor analiza las enseñanzas y peligros que el modelo europeo pueden dejarle a la humanidad.

Las dos mitades del Siglo XX europeo
La construcción de Europa no ha sido un proceso simple, ni lineal, ni completamente democrático. Sin embargo, basta mirar el siglo XX europeo y comparar su primera mitad, basada en la autarquía de las naciones-estado y las soberanías nacionales absolutas, y su segunda mitad, sostenida en el desarrollo progresivo de instituciones supranacionales, para sacar algunas conclusiones evidentes sobre los efectos de ambos paradigmas –el de la autarquía nacional y el de la integración supranacional- en un mundo crecientemente globalizado.
El año 1950 no divide a dos Europas diferentes, sino opuestas: la del hambre, la guerra y el genocidio, por un lado, y la de la paz, la democracia y el progreso, por el otro. Más allá de los errores evitables e inevitables cometidos, los resultados de la unidad europea han sido impresionantes: aproximadamente 15 de los 20 países en los cuales las condiciones de la vida humana son las mejores en el mundo se encuentran hoy en el continente que fue escenario de las mayores tragedias de la humanidad. A la velocidad sorprendente del ritmo de su integración, el continente del cual millones de personas escapaban buscando refugio en el Tercer Mundo se ha convertido en el principal espacio de atracción de emigrantes del planeta. Además, los efectos políticos de la construcción de la Unión Europea han sido tan profundos como sus sorprendentes resultados económicos y sociales. Veamos algunos de ellos. (...)

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EDITORIAL DE LA SEMANA. Proyecto de Ley.-

"Un chico - una compu".
1 de Noviembre de 2009

La semana pasada presenté este proyecto, en el cual veníamos trabajando hace un año, en la Cámara de Diputados. Así como el Ingreso Ciudadano a la Niñez es una paso decisivo para el presente de los chicos argentinos, espero que el programa "un chico - una compu" se convierta en la llave para su futuro.
Escucho opiniones, críticas y sugerencias.

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