DATOS PERSONALES

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* Escritor y periodista especializado en los aspectos políticos de la globalización. * Presidente del Consejo del World Federalist Movement. * Director de la Cátedra de Integración Regional Altiero Spinelli del Consorzio Universitario Italiano per l’Argentina. * Profesor de Teoría de la Globalización y Bloques regionales de la UCES y de Gobernabilidad Internacional de la Universidad de Belgrano. * Miembro fundador de Democracia Global - Movimiento por la Unión Sudamericana y el Parlamento Mundial. * Diputado de la Nación MC por la C.A. de Buenos Aires

miércoles, 29 de septiembre de 2010

10 DIAS DE DEMOCRACIA GLOBAL EN ARGENTINA


Jornadas de democracia global

Proponen crear un Parlamento mundial

Nota publicada en el diario La Nación del 29 de septiembre de 2010

Unos 100 líderes de organizaciones sociales, dirigentes políticos, parlamentarios, embajadores y académicos participarán de los "Diez días de democracia global en la Argentina", que comenzarán mañana en Buenos Aires y se extenderán, con distintas actividades, hasta el 9 del mes próximo.

Se trata de una convocatoria de la asociación independiente Democracia Global, que promueve el fortalecimiento de las instituciones democráticas en el mundo y la creación de la Asamblea Parlamentaria de las Naciones Unidas (UNPA).

Participarán el profesor italiano Lucio Levi; el ex parlamentario británico Keith Best; el presidente del Comité por un Parlamento Mundial, Oliver Giscard d?Estaing; el director general de Política Latinoamericana de la Cancillería, Diego Tettamanti; el director del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), Adalberto Rodríguez Giavarini; el embajador ante las Naciones Unidas (ONU), Jorge Argüello; los embajadores de Italia, Guido La Tella, y de Brasil, Enio Cordeiro; el diputado Fernando Iglesias, y la senadora Sonia Escudero, entre otros.

La primera actividad será la reunión del Parlamento Latinoamericano, que abrirá sus sesiones mañana, a las 9.30, en el Senado. En las jornadas sucesivas se debatirá sobre la creación de la Asamblea Parlamentaria, la reforma del Consejo de Seguridad y el rol del G-20, entre otros temas.

El lunes se hará el Encuentro Anual de la Campaña por la UNPA, en el que se definirán los objetivos y lineamientos para el año próximo. Habrá, además, debates sobre el cambio climático y la reforma del orden internacional y el martes comenzará la reunión anual del Consejo del Movimiento Federalista Mundial.

lunes, 27 de septiembre de 2010

LA NOTA DE LA SEMANA

Muy buen análisis de la obra de Laclau por Beatriz Sarlo en La Nación de hoy.
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1308645
Modestamente, critiqué su libro central “La razón populista” en una edición del suplemento Enfoques (La Nación) de 2005. La pongo de nuevo a disposición.





LA SINRAZÓN POPULISTA


Toda la argumentación del reciente libro de Ernesto Laclau (La Razón Populista, Fondo de Cultura Económica, 2005) se sustenta en una falacia de definición. Si he entendido bien su tesis central, según Laclau el populismo es una “plebe unificada por una serie de demandas democráticas desatendidas por las instituciones, que proclama su carácter de Pueblo y reclama la construcción de una Nación”. Así definido, el fascismo fue una inocente marcha de trabajadores y pobres sobre Roma (y no la represión y la guerra que la siguieron) y el maoísmo queda reducido a la “Larga Marcha” (sin relación alguna con los 50 millones de muertos en la hambruna más grande de la historia ni con los crímenes de la Revolución Cultural). Desde luego, a nivel nacional el peronismo queda santificado. Se trata del pueblo en las calles el 17 de octubre y de la movilización del “día del retorno”, pero no tiene nada que ver con el lópezreguismo y los Montoneros, ni con el enfrentamiento armado iniciado en el palco fatal de Ezeiza, ni con el formidable aparato movimientista y clientelista que desde su aparición en escena ha sido la fuerza política que durante más tiempo ha gobernado el país.

Lejos de constituir un paradigma democratizante y renovador de la política, el argumento de Laclau parece diseñado para justificar el actual status quo político nacional. Siguiendo su criterio, el más reciente populismo argentino se encarna en los cacerolazos y las movilizaciones que en diciembre de 2001 reclamaron una mejor distribución de la riqueza y una renovación de la política, pero nada tiene que ver con la hegemonía peronista surgida de aquellos hechos ni con sus efectos sobre la distribución de la riqueza, la calidad institucional y la transparencia de las prácticas políticas, cada día más evidentes.

Este populismo institucionalizado, consustancial con la definición de tareas propuesta por Laclau (“Reconstruir la Nación en torno a un núcleo populista”), parece ajustarse extrañamente bien a la descripción del actual gobierno y su programa. De esta manera, mientras Juan Pablo Feinman se ha transformado en el filósofo oficial del estado nacional argentino, la obra de Laclau completa las tesis hegeliano-feinmanianas renovando el indisoluble par “populismo-nacionalismo”. Tanto Feinman como Laclau reelaboran así la visión que durante el entero Siglo XX argentino ha identificado “ser de izquierda” con “ser populista y nacionalista”, y coinciden con una amplia franja de la sociedad nacional que, en pleno Siglo XXI, se considera “progresista” por abrevar en categorías de análisis (como “enemigo”, “lucha”, “primacía de la política y “soberanía estatal”) cuyo verdadero consagrador en la Historia de las ideas fue un cierto Carl Schmitt.

Dado que las abundantes lecciones ofrecidas por el corto y sangriento Siglo XX parecen haber sido insuficientes, la Historia dirá si estos trabajos del nacionalismo populista argentino constituyen un tardío levantarse del búho de Minerva o si la globalización de los procesos económicos y sociales reducirá la “Nación” y el “Pueblo”, sus categorías centrales, a cumplir la observación de Walter Benjamin, según quien las cosas sólo revelan su verdadera esencia (¿democrática o autoritaria?, ¿incluyente o excluyente?, ¿pacífica o destructiva?) en el momento de su agónico final.

La otra falacia repetida en la que cae el discurso de Laclau es la confusión entre el plano descriptivo y el prescriptivo, operación que transforma el “ser” del populismo (su mera existencia) en un “deber ser” populista de improbable sustentación. Sin caer en el esencialismo, habrá entonces que defender –frente a las pretensiones de esta Realpolitik populista- el uso que comúnmente se ha dado al término “populismo”; que no se refiere despectivamente -como supone Laclau- a la legitimidad de las demandas populares ni a su capacidad institucionalizante, sino que critica, con toda justicia, el aprovechamiento clientelista y la manipulación demagógica de los reclamos populares por una elite instalada en el poder cuyos intereses son antidemocráticos, es decir: divergentes respecto de los de los ciudadanos que pretenden liderar, en vez de representar.

En cuanto a la polémica entablada por Laclau con Slavoj Zizek acerca de la versión correcta de una sociología basada en la psicología lacaniana, ésta recuerda, por su opacidad deliberada y su apelación a la interpretación de un texto sacro como criterio de verdad, la peor herencia de las religiones políticas que inundaron el Siglo XX de dogmatismo y escolasticismo. El intento de Laclau por distinguirse de los trabajos del populismo globalista de Toni Negri y Michael Hardt también es infructuoso: parece inevitable computar aquí toda diferencia a favor de los autores de Imperio y Multitud.

Es preciso coincidir con la nostalgia por un pasado mítico típico de todo populismo: todo populismo pasado fue mejor. En descargo de los románticos populistas-nacionalistas de antaño habrá de reconocérseles que nunca han pretendido “ser de izquierda” ni encarnar algún tipo de racionalidad. Tampoco sobra recordar que las mejores razones para abdicar del nacionalismo y del populismo no las han proporcionado quienes se han opuesto teóricamente a sus concepciones sino quienes las han llevado a la práctica: no sólo Mussolini y Hitler sino Mao, Perón, McCarthy, Ceaucescu, Tito, Milosevic, Berlusconi, Bossi, Haider, Le Pen y Chávez, entre los señalados en su libro por el propio Laclau.

Descartar la sinrazón populista es criticar la versión en vigencia de la “historia oficial” argentina, en especial, la pretensión de que desde hace treinta años el país haya sido llevado al desastre (solamente, ininterrumpidamente) por una tradición anti-populista y pro-liberal. En este sentido, el fracaso de la versión menemista del neoliberalismo (una versión fuertemente populista, hay que decirlo) parece estar llevando a olvidar las consecuencias igualmente desastrosas de los experimentos políticos populistas y nacionalistas que despertaron las ilusiones de la sociedad argentina: el peronismo en los setenta, el alfonsinismo en los ochenta y (en muchos aspectos, aunque no en todos) la Alianza en los noventa, terminados sistemáticamente en la dictadura, la hiperinflación, los saqueos y la interrupción del orden institucional.

Experimentar colectivamente las consecuencias del populismo, como ha hecho la sociedad argentina, parece un precio demasiado alto para descartar la sinrazón populista. Pero este costo se vuelve razonable cuando la estrategia de experimentación del populismo es llevada al plano individual. Por eso, en nombre del perfeccionamiento de sus teorías políticas, alguna fundación debería ayudar a Ernesto Laclau a abandonar la Universidad de Essex y el duro exilio británico en el que ha vivido desde hace casi cuarenta años, seguramente agobiado por el antipopulismo de la tradición anglosajona, y ofrecerle volver a vivir en la “República” Argentina y a enseñar en la “Universidad” que -después de largos años de original alternancia entre dictaduras militares y democracias populistas- los argentinos supimos conseguir.

viernes, 17 de septiembre de 2010

PROGRAMAS DE TV

Hoy a las 18 estaré en "Liliana de regreso" con Liliana López Foresi, por Canal 26. Los espero...

martes, 14 de septiembre de 2010

PROGRAMAS DE TV

Hoy a las 21 estaré en el el programa "Entre ustedes y nosotros" con Jorge Enriquez por canal Metro. Los espero...

PROGRAMAS DE TV



Para todos los que me lo pidieron, aquí está el debate por Twitter que sostuvimos con Luis D´elia para el programa "Bajada de línea" con Victor Hugo Morales por Canal 9, el 12 de septiembre de 2010.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Por una COALICION de Gobierno


Imágenes del acto del 9 de septiembre en el Teatro Coliseo, donde presentamos felices nuestras candidaturas para el 2011. Gracias a todos los que nos acompañaron...

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Acto de la Coalición Cívica

Por una COALICIÓN de gobierno

Acto de la Coalición Cívica - Teatro Coliseo - Jueves 9 de septiembre

Los invito a sumarse a la convocatoria de la Agrupación Juan B. Justo

La cita es en Cerrito y Marcelo T. de Alvear a las 17.30 horas

Los espero...

PROGRAMAS DE TV



Hoy a las 23 estaré en el programa "Esta noche" con Gerardo Rozín por C5N. Los espero...

martes, 7 de septiembre de 2010

ACTO DE LA COALICIÓN CIVICA

LOS INVITO A PARTICIPAR DEL ACTO DE LA COALICION CIVICA EL 9 DE SEPTIEMBRE A LAS 18 EN EL TEATRO COLISEO. LOS ESPERO...

miércoles, 1 de septiembre de 2010

PROGRAMAS DE TV


Hoy a las 22 estaré en "A dos voces" con Marcelo Bonelli y Gustavo Sylvestre por TN. Los espero...