EL FRAUDE PATRIÓTICO DE AEROLÍNEAS
Quisera dejar aquí, como testimonio de que no todos los políticos somos lo mismo (de hecho, 79 diputados votamos contra el proyecto y entre los que votaron a favor habrá también muchos que lo hicieron bienintencionadamente), mi propio discurso en
Diputado Iglesias.- Gracias señor presidente.
El oficialismo nos dice que hay dos opciones: la primera es la de comprar una deuda enorme, de 890 millones de dólares, y confiar la compañía al secretario de Transportes Ricardo Jaime, quien con su complicidad e incompetencia colaboró a su vaciamiento. La segunda opción que nos presenta el oficialismo implica el fin del mundo: el fin del turismo, el fin del transporte aéreo y el fin de miles de puestos de trabajo. Esto es lo que nos dice el oficialismo después de cinco años de gobierno. Ahora, para usar las palabras de un diputado preopinante que dijo que el oficialismo “se va hacer cargo”, yo me pregunto: ¿quién se hace cargo de todo esto, señor Presidente? ¿Quién ha gobernado estos cinco años? ¿Quién renunció? ¿Quién va a renunciar?
El proyecto del oficialismo habla de comprar Aerolíneas Argentinas. Pero comprar significa adquirir activos y pasivos, lo que en este caso implica comprar una enorme deuda. Y esta operación se hace sin que tengamos conocimiento del último balance, con una deuda oculta y con un precio que no conocemos.
Quisiera recordarles la descripción que hace la señora presidenta de
También me pregunto si los diputados que hoy le proponen al estado que compre semejante deuda harían una operación de este tipo en el ámbito privado. Quisiera saber si comprarían un automóvil con una deuda de patentes que supera diez veces el valor de la unidad. Y es que si no nos plantamos estas cosas, señor Presidente, seguiremos transitando el camino de la tragedia argentina, que es la tragedia de la estupidez pública y las astucias privadas.
Como se habla de compra, les recuerdo también que no hay compra sin venta. Entonces, ¿dónde está el vendedor? La película de Aerolíneas no es “¿Dónde está el piloto?” sino “¿Dónde está el vendedor?”. En realidad, el vendedor, Marsans, figura en la famosa acta, ya que la única expresión que le conocemos en que declara estar dispuesto a vender la compañía es la del acta firmada entre él y el secretario de Transporte Jaime. Aunque ahora no la nombren, esa acta está escondida entre los pliegues del proyecto de ley. Por lo tanto, desde
Hay derechos innegables por parte de los trabajadores y los usuarios de Aerolíneas Argentinas. Los usuarios tienen derecho a la continuidad del servicio y los trabajadores tienen derecho a la continuidad de los puestos de trabajo, con su función, su remuneración y su antigüedad. Pero los legisladores también tenemos responsabilidades ante los ciudadanos argentinos que pagan sus impuestos, es decir, ante todos los ciudadanos, porque en Argentina hasta los desocupados pagan impuestos cuando pagan el 21 por ciento de IVA cada vez que adquieren un alimento. Esta mayoría, la de los argentinos que pagan impuestos, que son todos, es más grande y más pobre –lo digo con todo respeto‑ que la de los usuarios y los trabajadores de Aerolíneas Argentinas. Por eso, debemos hacer honor a nuestra responsabilidad; hablamos de una mayoría cuyo salario medio es de 2.500 pesos, que no viaja en avión y que paga el 21 por ciento de IVA cada vez que compra la leche para sus hijos. Por lo tanto, cuando se piensa en una salida para la situación catastrófica que han creado la incompetencia y la complicidad del gobierno, pedimos una solución razonable que no hipoteque el futuro de generaciones de argentinos. Por eso sentimos la obligación moral de decir no al fraude patriótico que nos propone el gobierno, ya que esta operación tiene tres beneficiarios indudables que se llaman de Vido, Jaime y Marsans.
Señor presidente: desde
La primera condición es el rechazo del acta. La segunda, el repudio de la deuda. Estas dos condiciones, el rechazo del acta y de la deuda, significan el rechazo del vaciamiento efectuado entre Marsans, Jaime y de Vido. La tercera condición es la determinación del origen y la cantidad máxima de los fondos destinados al rescate de Aerolíneas Argentinas. No podemos seguir dando cheques en blanco a quienes han vaciado la compañía, y no es posible que para estos fines se saque el dinero de los planes de vivienda popular y de los planes de urbanización de villas, como ya ha sucedido. La determinación del origen y de la cantidad de los fondos es fundamental para que la redistribución del ingreso y la intervención del Estado sean algo más que palabras vacías, que tienen exactamente el sentido contrario al que aplica el oficialismo. La cuarta condición que ponemos es la renuncia de Jaime y de Vido, porque en ningún lugar del mundo es pensable que quienes son responsables –si no cómplices‑ del vaciamiento de una compañía se hagan cargo también de su salvación.
Por todas estas razones, señor Presidente,
- Manifestaciones en las galerías.