¿Qué le sugiere al lector la siguiente lista?: Osama Bin Laden, Vladimir Putin, George W. Bush, Tony Blair, Mahmoud Ahmadinejad, Hugo Chávez, Saddam Hussein, Muahamar Kadaffi. Respuesta: a) un equipo internacional de Papi-Fútbol; b) los principales responsables políticos de los principales conflictos que han afectado al planeta en los últimos años; c) los principales líderes políticos de naciones (o de grupos ligados a naciones…) en las que la extracción de petróleo es la principal fuente de recursos económicos o en las que la dependencia de la extracción de recursos energéticos ajenos se ha convertido en la principal cuestión de política internacional.
Pasemos ahora a la siguiente cuestión: ¿Qué distingue a la siguiente lista de líderes sudamericanos?: Chávez, Correa, Morales, por un lado, y Bachelet, Tabaré Vázquez y Lula, por el otro. Respuesta: a) sus diferentes niveles de patriotismo, antiimperialismo y adhesión a la causa de
Gira que te gira, el viejo Carlos Marx tenía razón: el modo de producción, es decir, la manera en que una sociedad crea la riqueza de la que vive y se reproduce, determina fuertemente sus opciones culturales y políticas; al menos: les fija un horizonte que es difícil de trascender. Si la riqueza es producida mediante la inteligencia humana, como en las así llamadas “sociedades del conocimiento y la información”, si su creación supone una población intelectualmente preparada, capaz de trabajar en equipo, de asociarse por un fin común y de tomar decisiones inteligentes, entonces es probable que el resultado sea un país no sólo rico, sino igualitario, es decir: con una buena distribución de la riqueza material y simbólica. Si, en cambio, la riqueza no es producida por la labor intelectual altamente calificada sino por el territorio (como en los dominios petropolíticos) o mediante un trabajo manual elemental, repetitivo y bestializante (como en la patria industrial-manufacturera), su producto no sólo es escaso sino que tiende a concentrarse en pocas manos, en tanto el poder político se torna autoritario, se enviste de una retórica territorialista y patriotera y queda inextricablemente ligado -por una parte- al poder militar que garantiza la defensa de los recursos territoriales propios o la apropiación de los ajenos, y –por el otro- a la corrupción que inevitablemente genera la concentración de poder, la falta de controles, la destrucción deliberada de las instituciones republicanas.
¿Cómo asombrarse entonces del valijazo de Aeroparque, de la liberación inexplicable de su protagonista, del silenzio-stampa de cuatro días del Gobierno durante la visita del petropolítico coronel Chávez, del avión rentado por la compañía petrolera argentina al doble del precio de mercado para que viajen sus funcionarios de segunda línea y los representantes de la compañía petrolera venezolana, del abandono de una suma (los us$400.000 “restantes”) dejada sin preocupación dado que es una pequeña migaja en el flujo petropolítico global, que no sólo petróleo contiene? ¿Es acaso casualidad que el actual Presidente de
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