El nacimiento del Partito Democratico italiano
UN REFORMISMO GLOBAL
(publicado en DIARIO PERFIL del 21/10/07)
En medio de la apatía que gobierna la relación entre los ciudadanos y la política, el surgimiento del Partito Democratico (PD) como mayor partido político italiano y la elección como su secretario de Walter Veltroni -52 años, por segunda vez exitoso alcalde de Roma- abre una perspectiva de futuro para el progresismo de todo el mundo. La unión de las dos principales fuerzas políticas en el gobierno (los Democráticos de Izquierda de Veltroni, Fassino y D’Alema, y la Margherita de Rutelli) en un solo partido constituye además una lección para muchos países cuyas fuerzas progresistas navegan separadas por el sectarismo y las ambiciones personales desmedidas.
A pesar de que Veltroni era ampliamente favorito para el cargo de secretario, el resultado de estas primarias ha sorprendido a todos. En primer lugar, porque el 76% de preferencias obtenido ha ido más allá de las previsiones más optimistas. En segundo, porque votaron en estas internas más de tres millones de italianos, lo que confirma la existencia de una amplia franja de ciudadanos resistentes al cualunquismo antipolítico del que-se-vayan-todos argentino y el vaffanculo italiano, y que están dispuestos a participar activamente para que la política recupere su capacidad de representarlos.
Pero las exitosas internas del Partito Democratico marcaron además el éxito de otros ejes fundamentales en la propuesta de Veltroni, y que son particularmente interesantes de leer en clave argentina: 1) la constitución de un partido de centroizquierda orientado no sólo a la arena política nacional sino al ámbito regional y mundial; 2) la clarificación del concepto de “centroizquierda”, que no sólo señala un lugar específico del arco político (la izquierda no extremista) sino la alianza de las dos grandes fuerzas progresistas de la Modernidad, la izquierda democrática (los DS) y el centro liberal y progresista (la Margherita); 3) la participación activa de la sociedad civil y sus actores, en especial: los intelectuales y las organizaciones no gubernamentales; 4) la recuperación de una palabra (reformismo) desaparecida del vocabulario político en el preciso momento en que las variantes revolucionarias que la contrastaban desaparecieron víctimas de su mesianismo, sectarismo y violencia, y que expresa mejor que la idea de “progresismo” el contenido socialmente comprometido de las fuerzas de izquierda; y 5) la aspiración de trascender el marco de la Internacional Socialista para constituir lo que Veltroni ha llamado una “casa común del progresismo reformista de todo el mundo”, destinada a incluir desde el Partido Demócrata de los Estados Unidos, hasta los verdes alemanes y la Concertación Chilena.
Si es así, acaso el nacimiento del Partito Democratico y el triunfo de Veltroni sean considerados a largo plazo un hito fundamental en la constitución del primer partido político reformista de escala tan global como la sociedad del siglo XXI.
2 comentarios:
Está muy bueno el artículo. El otro día leía que Enrico Letta, que también participó en las primarias, definió al PD como “un wilki-PD, al que cada uno puede aportar su contribución según el modelo de Wilkipedia”. Me pareció un enfoque muy graficador para estos tiempos.
Un abrazo y suerte el domingo !!!
Interesantísima idea, la de Leta. Gracias por los augurios
F
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