DATOS PERSONALES

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* Escritor y periodista especializado en los aspectos políticos de la globalización. * Presidente del Consejo del World Federalist Movement. * Director de la Cátedra de Integración Regional Altiero Spinelli del Consorzio Universitario Italiano per l’Argentina. * Profesor de Teoría de la Globalización y Bloques regionales de la UCES y de Gobernabilidad Internacional de la Universidad de Belgrano. * Miembro fundador de Democracia Global - Movimiento por la Unión Sudamericana y el Parlamento Mundial. * Diputado de la Nación MC por la C.A. de Buenos Aires

viernes, 17 de octubre de 2008


El capitalismo necesita más democracia global

La mayor crisis sistémica de los últimos setenta años exige encarar la reforma de la ONU y de las instituciones financieras internacionales.

Publicada en el Diario "Clarin" el 16 de octubre de 2008

Si la década del 80 había presenciado la crisis de la deuda de los países africanos y sudamericanos más pobres y los 90 mostraron que la línea de fractura se había movido hacia los países de desarrollo medio, lo sucedido en estas semanas demuestra un ulterior desplazamiento de la crisis desde la periferia al centro del sistema.
Se equivocaban quienes pensaban que un nuevo 1929 era imposible porque las naciones habían desarrollado un sistema de intervención ante la crisis: la arquitectura institucional del mundo es hoy tan deficiente como lo era la de los Estados Unidos entonces. Las reiteradas caídas de las Bolsas mundiales y la generalizada negativa de los bancos a prestarse dinero demuestran así la incapacidad del sistema financiero nacional/internacional para dar respuesta a cuestiones globales.
Pero olvidemos la catástrofe reciente y supongamos que la sangría aplicada por Mr. Bush termina siendo exitosa; que los mercados se recuperan y que se produce, milagrosamente, un aterrizaje suave de la economía mundial. Las preguntas son obligadas: 'Es democrático el hecho de que una decisión que involucra el destino económico del entero planeta sea responsabilidad del presidente de un solo país? 'No se viola la cláusula esencial de la democracia cuando un gobierno elegido para defender intereses nacionales toma medidas que afectan a miles de millones de personas incapaces de hacerse oír y representar en el proceso de toma de decisiones? Y no se trata solamente de la economía. Las mismas cuestiones se plantean en todos los principales problemas sobre los que se juega el destino de la humanidad: el cambio climático, la proliferación nuclear, el manejo de tecnologías de alto riesgo y el control de la violencia global.
'No es claro que, aun suponiendo que todos los Estados nacionales fuesen democráticos, el sistema de las democracias nacionales y las instituciones internacionales tal como las conocemos es insuficiente para gobernar eficaz y democráticamente un universo tecno-económicamente globalizado? Ante la consolidación de un mercado mundial es necesario recrear en el ámbito global los instrumentos desarrollados ayer a nivel nacional: un sistema monetario coordinado que reduzca las especulaciones cambiarias y permita llegar paulatinamente a una moneda única, un prestamista global de última instancia que inyecte liquidez en situaciones de crisis y, sobre todo, un poder democrático que regule el proceso actuando en representación de los intereses de todos los ciudadanos del mundo y no sólo de unos pocos. Quien conozca la historia de la creación del FMI y el Banco Mundial en Bretton Woods (1944) reconocerá en estas propuestas la actualización de las iniciativas presentadas entonces por John Maynard Keynes. El fundamentalismo de mercado no es una epidemia ideológica sino la consecuencia inevitable del desequilibrio de poder entre una economía global y una política aún centrada en Estados nacionales. La crisis actual no puede ser resuelta nacionalmente ni sus consecuencias evitadas por las ilusiones autárquicas creadas por el proteccionismo nacionalista. La mayor crisis sistémica de las últimas décadas ha hecho evidente que la reforma democrática de la ONU y las instituciones financieras internacionales ha dejado de ser un sueño utópico para transformarse en una necesidad urgente. Para ahuyentar definitivamente el fantasma de una Gran Depresión mundial es necesario restaurar el equilibrio entre democracia y capitalismo que se perdió con la globalización del sistema económico sin una simultánea globalización de la democracia. Una reunión inmediata de la Asamblea de la ONU y la formación de una agencia mundial con poderes directos de intervención en la emergencia financiera podrían ser hoy un primer paso en este sentido.

1 comentario:

Discepolin dijo...

Habra reforma y nuevos controles para que no se vuelva a emborrachar el elefante americano.
Pero no habra solucion para las economias que dependan de vender commodities durante las borracheras.
Desarrollar economias reales -algo que los BRIC estan tratando de hacer- es el unico camino.
Los que viven del turismo, el tipo de cambio, los impuestos a las exportaciones o los "corralitos" bancarios o jubilatorios estan condenados a que se los lleve la tormenta de la destruccion schumpeteriana.
Solo cuando las sanguijuelas chavistas y kirchneristas hayan sido extirpadas se podra pensar en recuperacion.
Dejemos de mirar el choque de trenes en la otra mano (Wall Street) que los rateros locales aprovechan para vaciarnos los bolsillos...