DATOS PERSONALES

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* Escritor y periodista especializado en los aspectos políticos de la globalización. * Presidente del Consejo del World Federalist Movement. * Director de la Cátedra de Integración Regional Altiero Spinelli del Consorzio Universitario Italiano per l’Argentina. * Profesor de Teoría de la Globalización y Bloques regionales de la UCES y de Gobernabilidad Internacional de la Universidad de Belgrano. * Miembro fundador de Democracia Global - Movimiento por la Unión Sudamericana y el Parlamento Mundial. * Diputado de la Nación MC por la C.A. de Buenos Aires

sábado, 29 de agosto de 2009

Clases Magistrales.-

Artículo publicado en la sección Clases Magistrales de la revista Noticias, número 1704, de Agosto de 2009.
BARACK OBAMA EN LA ERA DEL CAMBIO DE PARADIGMAS I
DISCURSO DE UN CIUDADANO DEL MUNDO EN BERLÍN.
No es cierto que el acceso de Barack Hussein Obama II a la presidencia de los Estados Unidos constituya un hito en la historia de ese país. Como sea que vayan las cosas, que un afro-americano se haya convertido en la persona políticamente más poderosa del planeta constituye un hito para la entera historia de la humanidad. Se trata de la expresión inconfundible del surgimiento de una sociedad mundial multiétnica y cosmopolita que está cerrando y superando el largo período anterior de la Modernidad, centrado en paradigmas industrial-nacionales. Caduca así el antiguo modelo de la uniformidad racial y la identidad étnica como principios constitutivos del estado-nación (es decir: el estado definido por las circunstancias del nacimiento) y surge un nuevo paradigma cosmopolita, centrado en el cosmos y la polis y basado en la hibridación multicultural, las migraciones transnacionales, el nomadismo y el mestizaje entendidos no sólo como problemas a resolver, sino como valores a esgrimir.
Vivimos en una era de cambio acelerado y constante en la cual lo que ayer constituía un valor pasa a ser un disvalor, y viceversa. De allí que el presidente del estado más poderoso sea hijo de una de las escasas parejas interraciales que existían en los años cincuenta, establecida entre un keniano nacido en la provincia de Nyanja, de etnia luo y religión musulmana, y una madre de origen escocés que pasó la mayor parte de su vida entre Hawai e Indonesia, donde vive hasta hoy. El propio Barack pasó su infancia entre un barrio de clase media de Yakarta y la casa de sus abuelos en Honolulu, circunstancias que hasta hace muy poco hubieran implicado la imposibilidad de acceder a la Presidencia de la primera potencia mundial. Por el contrario, la piel negra de Obama y su experiencia de vida multicultural y cosmopolita no sólo no han sido un obstáculo a su carrera presidencial sino una importante ventaja comparativa. En efecto, por más talento político que hubiera tenido, difícilmente un joven senador WASP (anglosajón, protestante y de piel blanca) hubiera llegado hasta donde Obama llegó en tan solo un par de años.

Contrariamente a lo que dicta un sentido común anquilosado en los principios de la era anterior, Obama no es el presidente de los Estados Unidos a pesar de ser negro sino precisamente porque lo es. Su piel y su biografía encarnan una promesa de cambio; mundialmente: el cambio en una era signada por el cambio, y nacionalmente: el cambio que la sociedad estadounidense esperaba después del desastre provocado por la insistencia en el modelo de nacionalismo industrialista encarnado por la petropolítica Administración del tejano Bush y sus secuaces admiradores de Schmit y Strauss.
Jordi Kantor, periodista del New York Times, ha descripto así la asunción de Obama: “La familia de la que proceden Barack y Michelle es negra y blanca y asiática, cristiana, musulmana y judía. Sus miembros hablan inglés, indonesio, francés, cantonés, alemán, hebreo; lenguas africanas que incluyen el swahili, el luo y el igbo. Muy pocos de ellos gozan de una situación económica acomodada y algunos son muy pobres. Aunque el mundo celebra la asunción del primer presidente afroamericano, la historia es más compleja: una historia de inmigración, movilidad social y desarraigo… Aunque Obama es hijo de un keniata negro, tiene algunas raíces convencionales por parte de su madre blanca: abolicionistas que, según la leyenda familiar, fueron expulsados de Missouri, un estado esclavista; gente del Medio Oeste que supo hacer frente a la Depresión; incluso un puñado de remotos antecesores que lucharon en la guerra de la independencia… [Por su parte] Michelle es descendiente de esclavos e hija de la Gran Migración, el movimiento masivo de afroamericanos hacia el norte del país, quienes se trasladaron a mediados del siglo XX en busca de oportunidades”.

Sobre la fiesta posterior a la asunción, Kantor señala: “Los primos viajaron desde una ciudad de Carolina del Sur en la que el tatarabuelo de la primera dama nació como esclavo, mientras que el rabino de la familia vino de la sinagoga en la que había conmemorado el nacimiento de Martin Luther King. También los hermanos estaban presentes: la medio hermana indonesio-norteamericana del marido llegó acompañada por su esposo chino-canadiense, y el hermano de la esposa, un negro casado con una blanca. Cuando Obama prestó juramento estaba rodeado por un clan que hubiera escandalizado a generaciones anteriores de estadounidenses y que instantáneamente modificó la imagen de una primera familia para las generaciones futuras”.

Compárense estos ancestros, estas biografías y esta nueva realidad con la idea de estado-nación nacida en 1648 de la Paz de Westfalia, y basado en el principio de que la unidad política se deriva limpiamente de la homogeneidad de nacimiento (de allí el vocablo “nación”). Se comprenderá así que estamos ante un cambio epocal que sólo podrá ser superado cuando un descendiente de latinoamericanos o árabes sea consagrado presidente de alguna de las naciones europeas o, aún mejor, de la propia Unión.

OBAMA EN LA SOCIEDAD MUNDIAL DEL RIESGO
Vivimos en un escenario marcado por una crisis económico-financiera mundial, por una crisis ecológico-climática de escala planetaria, en una situación de amenaza de proliferación nuclear y acechados por una pandemia global, la de gripe porcina. Desde 1999, año de publicación del célebre ensayo de Ulrich Beck sobre la sociedad del riesgo, los habitantes de este mundo del cual aún no hemos logrado convertirnos en ciudadanos hemos podido observar cuán rápidamente ciertos procesos sociales se han hecho globales sin que se expandieran al nivel global las instituciones responsables de su control. Para decirlo con palabras de George Monbiot: “Todo se ha hecho global, menos la democracia”.

En este marco, en el cual cuando hablamos de tecno-economía pensamos en un universo globalizado y cuando pensamos en democracia razonamos aún en términos del viejo y querido estado-nación westfaliano, la novedad de Obama no se reduce a sus elementos biográficos sino que incluye los contenidos de su programa, magistralmente enunciados en su discurso de Berlín del 24 de julio de 2008. Ante 200.000 personas que lo aplaudieron fervorosamente, el discurso de Obama constituyó una contundente demostración de que una política con nuevos contenidos cosmopolitas y globales está haciendo su demorada irrupción en este mundo unificado por las tecnologías y fragmentado por la política.

Si los textos de Tucídides fueron la base proclamatoria de la democracia de las ciudades; si los Bill of Rights anglosajones, la Declaración de Virginia y la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de la Revolución Francesa desarrollaron el modelo teórico de las democracias nacionales; si el Manifiesto por una Europa Unida (más conocido como Manifiesto de Ventotene) de Altiero Spinelli es el gran texto de la democracia continental europea y la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU (1948) constituye la certificación del acceso de los valores de la democracia a la escala internacional, el brillante discurso de Obama en Berlín constituye un ulterior paso en el desarrollo de una democracia cosmopolita y globalizada.

Destacando sólo los más pertinentes al tema de este artículo, paso a reproducir algunos de sus extraordinarios párrafos.

DISCURSO DE UN CIUDADANO DEL MUNDO EN BERLÍN.
“Esta tarde no les hablo como candidato a la Presidencia sino como ciudadano; un orgulloso ciudadano de los Estados Unidos y un conciudadano del mundo… ¡Pueblos del mundo, miren a Berlín! Miren a Berlín, donde alemanes y norteamericanos aprendieron a trabajar juntos y a confiar los unos en los otros apenas tres años después de enfrentarse en el campo de batalla… Observen a Berlín, donde las marcas de las balas en los edificios y las sombrías piedras cerca de la Puerta de Brandenburgo persisten para que nunca nos olvidemos de nuestra humanidad compartida. Miren Berlín, donde un muro cayó, un continente se unió y la historia demostró que no hay desafío demasiado grande para que el mundo sea uno solo…

Si el Siglo XX nos enseñó que compartimos un mismo destino, el Siglo XXI nos está revelando que el mundo está más interconectado que nunca. Pero es esta misma cercanía la que ha dado pie a nuevos peligros, que no pueden ser contenidos dentro de fronteras ni evitados gracias a la distancia… Ahora mismo, mientras hablo, los automóviles de Boston y las fábricas de Beijing están derritiendo la capa de hielo del Ártico, reduciendo las costas del Atlántico y causando sequía en las granjas de Kansas y Kenia. El material nuclear mal protegido de la ex Unión Soviética o los secretos de un científico paquistaní podrían ayudar a construir una bomba que podría estallar en París. La amapola de Afganistán se convierte hoy en heroína en Berlín. La pobreza y la violencia en Somalia nos causan pánico al futuro. El genocidio de Darfur es una mancha en la conciencia de todos. En este nuevo mundo, todas estas peligrosas tendencias se mueven más rápido que nuestros esfuerzos para contenerlas. Por eso no nos podemos permitir estar divididos. Ninguna nación, por muy grande o poderosa que sea, puede vencer estos desafíos por sí sola. Ninguno de nosotros puede negar estas amenazas ni huir de la responsabilidad de enfrentarlas.

La asociación y la cooperación entre naciones no son ya una elección; son el único modo de proteger nuestra seguridad común y avanzar en nuestra común humanidad. El mayor peligro es el de dejar que nuevos muros nos dividan. Los muros entre los viejos aliados de ambas orillas del Atlántico no se pueden mantener. Los muros entre los países que lo tienen todo y los países que tienen poco y nada no se pueden mantener. Los muros entre razas y tribus; nativos e inmigrantes; cristianos, musulmanes y judíos no se pueden mantener. Son, por el contrario, los muros que tenemos que derribar…

Este es el momento de que renovemos el objetivo de un mundo sin armas nucleares. Las dos superpotencias que se enfrentaron de un lado y del otro del muro que dividía a esta ciudad estuvieron demasiado cerca de destruirlo todo. Ahora que ha desaparecido el muro no debemos quedarnos mirando impasibles cómo se extiende el poder mortífero del átomo. Es el momento de controlar el material atómico, de detener la proliferación de armas nucleares y de reducir los arsenales de la era anterior. Es el momento de buscar la paz y de crear un mundo libre de armas nucleares…

Hoy, aquí, ahora, éste es el momento de construir un mundo mejor basado en la riqueza que los mercados abiertos han creado, y de compartir sus beneficios equitativamente. El comercio global ha sido la piedra angular de nuestro desarrollo, pero no podremos mantener este crecimiento si sólo favorece a unos pocos, en vez de a todos. Juntos, tenemos que forjar un comercio que recompense al trabajo que crea la riqueza, con protecciones adecuadas para nuestros pueblos y nuestro planeta. Es el momento de un comercio libre y justo para todos. Es el momento en que tenemos que unirnos para salvar a la Tierra.

No podemos dejar a nuestros hijos un planeta donde los océanos suben, el hambre se extiende y terribles tormentas destruyen nuestras tierras. Debemos tomas la decisión de que todas las naciones –incluyendo la mía– actúen con igual seriedad para reducir el carbono que emitimos a la atmósfera. Es el momento de devolver a nuestros hijos su futuro. Es el momento de estar unidos. Es el momento de dar esperanza a los que se han quedado atrás en este mundo globalizado.

Desde hoy, el mundo nos mirará y recordará lo que hagamos. ¿Daremos una mano a los pueblos de los rincones olvidados del mundo que aspiran a una vida de dignidad y de oportunidades, de seguridad y de justicia? ¿Sacaremos al niño de Bengala de la pobreza, daremos cobijo al refugiado de Chad y desterraremos el azote del Sida? ¿Defenderemos los derechos humanos del disidente de Birmania, del blogger en Irán, del votante en Zimbabwe? ¿Daremos sentido a las palabras ‘nunca más’ en Darfur?

¿Reconoceremos que no hay ejemplo más poderoso que el que cada una de nuestras naciones da al mundo? ¿Rechazaremos la tortura y defenderemos el estado de derecho? ¿Acogeremos a los inmigrantes de otras tierras y rechazaremos las discriminaciones contra quienes no se nos parecen, contra los que rinden culto de otra manera, y mantendremos la promesa de igualdad y oportunidades para todos?

Pueblo de Berlín, pueblo del mundo: éste es nuestro momento. Éste es nuestro tiempo. En los Estados Unidos, la lealtad nunca ha sido hacia una tribu o a un reino en particular. En mi país se hablan todas las lenguas, cada cultura ha dejado su huella y todos los puntos de vista pueden expresarse públicamente. Lo que siempre nos ha unido, lo que siempre ha conducido a nuestro pueblo, lo que llevó a mi padre a las orillas de América, son las aspiraciones y los ideales compartidos por todos los pueblos: que podamos vivir libres del miedo y la necesidad; que podamos decir lo que pensamos, unirnos con quienes queramos y rendir culto como lo deseemos. Es en pos de estas aspiraciones que una nueva generación –nuestra generación– debe dejar su huella en el mundo.

Pueblo de Berlín y pueblo del mundo: la escala de nuestro desafío es enorme. El camino será largo. Pero vengo ante ustedes para decirles que somos herederos de una larga lucha por la paz. Somos el pueblo de la esperanza improbable. Con los ojos mirando hacia el futuro, con resolución en nuestros corazones, recordemos nuestra historia y demos respuesta a nuestro destino; y rehagamos el mundo una vez más”.

NUEVOS VALORES PARA UNA NUEVA ERA
Y bien: ¿qué nos dice de nuevo Obama? Nos dice que no hay contradicción entre ser un ciudadano orgulloso de su país de nacimiento y un aspirante a ciudadano del mundo; que las identidades y fidelidades hibridas y cruzadas típicas de un mundo nomádico y en permanente movimiento son compatibles; que la inmigración es y será parte de la historia de vida de un numero creciente de personas; que en una era global no hay lugar para los sálvese-quien-pueda nacionales y que –por lo tanto- los seres humanos compartimos un mismo destino; que las enemistades nacionales aparentemente irreconciliables pueden ser superadas en plazos asombrosamente cortos cuando existe voluntad política; que los desastres causados por las guerras pasadas pueden ser el hito fundador de una humanidad común futura mas profundamente compartida; que los muros están perdiendo la capacidad de impedir que el mundo sea uno solo (“… and the world will live as one”, como escribió John Lennon en “Imagine”, verdadero himno de la unidad del género humano); que la interconexión abre nuevas esperanzas pero da lugar a nuevos peligros que no pueden ser enfrentados con los métodos ni las instituciones del pasado; que la velocidad del cambio tecnoeconómico está sobrepasando nuestra capacidad de adaptación política; que ninguna nación es capaz de solucionar sus problemas por sí sola; que los intereses nacionales no pueden defenderse mediante el aislamiento y el conflicto sino que necesitan de la cooperación y la ayuda recíprocas; que los problemas globales afectan a todos y -consecuentemente- las responsabilidades son de todos; que ha llegado la hora de volver a una humanidad sin capacidad de autodestruirse; que la riqueza creada por el capitalismo global debe ser globalmente distribuida; que el comercio debe ser cada vez más libre pero también cada vez más justo y equitativo; que se ha acabado la era de la externalización “hacia fuera” (de las fronteras nacionales) y “a futuro” (hacia las próximas generaciones) de los costos del consumo; que debemos unirnos para salvar el planeta; que los derechos humanos son eso: humanos, y no prerrogativas nacionales; que la responsabilidad por la gloria o la infamia de lo que sucede en cualquier punto del planeta recae sobre todos nosotros; que hasta las identidades nacionales se asemejarán cada vez más, en todas las naciones, a las identidades mestizas de los países de emigración, en los cuales al no poder ser derivadas de la unidad racial ni la uniformidad cultural deben basarse en principios políticos y civiles comunes como la libertad, la igualdad y la democracia. Y nos dice también que ‘nosotros’ somos la humanidad, y no una de sus tribus, y que este es nuestro momento, el del pueblo del mundo; la hora de que nos hagamos cargo de nuestras serias responsabilidades; y que dado que nuestra empresa es difícil e improbable, no tenemos un minuto que perder.

¿UN DISCURSO DE CAMPAÑA?
La década de los Noventa fue el escenario de una vigorosa polémica sobre el contenido y los alcances de la globalización. Dos concepciones ideológicas, en el peor sentido de la palabra, se enfrentaron sosteniendo dos “verdades” opuestas y simétricamente erróneas. De un lado, los globalifóbicos sostenían que la globalización era un fenómeno superficial y pasajero, o que era simplemente una nueva mascara del viejo imperialismo, y afirmaban que los estados nacionales continuaban siendo el horizonte insuperable de la organización política de la humanidad. Del otro lado, los globalifílicos daban por descontando que los estados nacionales eran un artefacto superado por la Historia y profetizaban su inmediata desaparición del escenario, teoría que se complementaba perfectamente bien con la triunfante marea neoliberal favorable al estado mínimo. Transcurrido un cuarto de siglo desde la caída del Muro de Berlin, evento emblemático de la apertura de la era de la globalización, ni los estados nacionales ni la globalización han desaparecido, y resulta tan ciego suponer que los estados-nación se extinguirán sin más como sostener que en la naciente era global puedan seguir siendo el centro monopólico de la sociedad humana, como lo fueron durante siglos.
El discurso de Obama en Berlín marca pues un antes y un después en la comprensión que los líderes políticos mundiales demuestran poseer acerca de los nuevos paradigmas que gobiernan un mundo complejo y en permanente transformación. Y es trascendente, justamente, no tanto por lo que dice -ya que conceptos como los suyos han sido abundantemente desarrollados por académicos como David Held, Daniele Archibugi, Ulrich Beck o Jürgen Habermas- sino por quién lo dice: el candidato -luego triunfante- a la presidencia al país mas poderoso de la Tierra.

Los realistas de la realpolitik, que suelen confundir el realismo con el conservadurismo y se rieron en su momento de las utopías de Tucídides, de los bill of rights anglosajones, del Manifiesto por una Europa Libre y Unida y de las declaraciones de los derechos del hombre, bien pueden sostener que los discursos de un candidato en campaña no son cosa que deba tomarse demasiado en serio, o señalar que una cosa son las ideas y otra las prácticas, o recordar alguno de los episodios en los que la actuación de Obama como presidente resultó contradictoria con las promesas del candidato Obama y, finalmente, pronosticar un rápido descenso a la realidad y el fracaso de las promesas abiertas por el discurso de Berlín. En todo caso, las críticas “realpolitikas” tienen el inconveniente de ignorar la realidad realmente existente, y por varias razones:

1) En primer lugar, la visión realpolitika subestima el impacto que las ideas tienen en el mundo. La Declaración de Virginia (1776) era contradictoria hasta el absurdo, ya que no sancionaba el fin de la esclavitud; y la de los Derechos del Hombre y el Ciudadano (1789) excluía de sus proclamas a la enorme mayoría de la humanidad, que no era blanca, ni de género masculino, ni propietaria de bienes inmuebles. Sin embargo, ambas constituyeron la base cierta para la consagración de la idea revolucionaria de la existencia de derechos humanos comunes, indivisibles y prioritarios respecto al poder de los estados, con lo que sentaron las bases de las democracias nacionales, de los estados de bienestar nacionalmente administrados y de la justicia internacional, entre otras instituciones. Y algo similar puede decirse de todas las declaraciones anteriormente citadas, de las cuales acaso la más emblemática sea el Manifiesto de Ventotene, documento fundador de una Europa unida redactado por un prisionero político de Mussolini en la hora de mayor obscuridad para el continente: 1941, cuando Hitler se enseñoreaba en todas partes, Mussolini era su férreo aliado, Franco era el fresco vencedor de la Guerra Civil y Stalin reinaba del otro lado de la barricada.

2) En segundo lugar, el hecho de que un candidato a la Presidencia del país más poderoso del planeta haya reclamado su adhesión a estos valores es significativo por sí mismo, independientemente de la falsedad o sinceridad de sus intenciones, ya que demuestra que existe –por lo menos- un público numeroso que aspira a verlos defendidos en el escenario político. Aun suponiendo la mayor vileza e hipocresía de Obama, su intento de presentar esta faceta cosmopolita en vez de seguir razonando en los términos del unilateralismo militarista de Bush demuestra que la obsolescencia de los paradigmas nacionalistas es perfectamente percibida –al menos- por la población de la Unión Europea hacia la que Obama dirigió sus palabras.
3) En tercer lugar, el simple hecho de un candidato a la Presidencia de los Estados Unidos decida tener uno de sus principales actos de campaña en el extranjero, y que concite la atención de 200.000 concurrentes, denota la irreversibilidad de la globalización de las polaridades políticas. Es ésta, además, la consecuencia previsible de la irrupción de asuntos globales –como la invasión de Irak, la política estadounidense en Medio Oriente o las amenazas derivadas del 11 de Septiembre- en elecciones de ámbito nacional que antiguamente se dirimían según contenidos meramente nacionales. Aún más significativas han sido las reacciones del gran partido nacionalista y conservador de los Estados Unidos, el Republicano, cuyos dirigentes usaron el discurso de Berlín para acusar a Obama de “estar demasiado interesado en el mundo y ser demasiado poco americano para defender los intereses estadounidenses”.
4) Por último, aun considerando los inevitables compromisos y equilibrios que implica la posición de Obama –un líder de visiones globales, por un lado, y el principal representante de los intereses del estado nacional más poderoso del mundo, por el otro- los primeros meses de su Presidencia han mostrado una notable coherencia entre sus prácticas y su discurso de campaña. Pero éste, el de las acciones concretas de la Administración Obama, es el tema de la segunda parte de este artículo.

viernes, 28 de agosto de 2009

Repercusiones. Ley de Radiodifusión.-

Debate por la intención K para controlar los medios de comunicación, en Radio Mitre, el 28 de Agosto en "Primera Mañana", con Ernesto Tenembaum y Marcelo Zlotogwiazda.

Hacé click en el logo para escuchar el audio.

Duras críticas de la oposición al discurso de Cristina en el lanzamiento del nuevo proyecto de radiodifusión
Legisladores coincidieron en rechazar el tono del mensaje presidencial y dijeron a lanacion.com que "hablar de extorsión mediática es grave"; cuestionaron la falta de detalles sobre el texto que se remitió al Congreso.
Jueves 27 de agosto de 2009 14:52 (actualizado a las 02:16)

Como un reflejo fiel de la mirada de los Kirchner sobre los medios de comunicación y de su función. Así evaluaron referentes de la oposición el duro discurso con el que Cristina Kirchner presentó el proyecto de ley de comunicación audiovisual con el que el Gobierno pretende reemplazar la ley de radiodifusión.
"La pregunta central de la nueva ley debería ser cómo hacemos para aumentar la libertad de expresión, pero el Gobierno sólo se pregunta cómo hacer para aumentar su poder sobre la prensa", advirtió el jefe del bloque de Pro en la Cámara de Diputados, Federico Pinedo.
El legislador hizo hincapié en el apuro del Gobierno para que el proyecto se convierta en ley antes del recambio legislativo del 10 de diciembre, cuando el kirchnerismo perderá su histórica hegemonía en el Congreso.
"Estamos ante un tema central para la democracia. Es indispensable que [la nueva ley] sea discutida por el Congreso elegido el 28 de junio. El actual Congreso es legal, pero no es legítimo", consideró en declaraciones a lanacion.com.

Espejo. Para la radical Silvana Giudici, presidenta de la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados, el discurso de Cristina Kirchner "no hace más que ratificar lo que el Gobierno piensa sobre el rol de la prensa y el periodismo independiente". "La Presidenta habló despectivamente del periodismo como un suprapoder y la realidad es que lo es y cumple una función muy importante: controlar los actos públicos", ahondó.
Al igual que Pinedo, la diputada de la UCR cuestionó los tiempos de la Casa Rosada. "Mandan un proyecto importantísimo tres meses antes de perder la mayoría para asegurarse de que [la ley] salga y de que ya no existan más medios independientes que los controlen", alertó.
En este punto, opinó que "es muy grave" que Cristina Kirchner haya acusado a los medios de "extorsión" y planteó: "Si lo que dice es cierto debería denunciarlo, decir quién la extorsiona y para qué".

Giudici se quejó además por "la falta de información clara" sobre el contenido final del texto que analizará el Congreso y volvió a advertir sobre lo que considera los "mayores riesgos" de la iniciativa que impulsa el Poder Ejecutivo. "La revisión de licencias cada dos años implica que los medios van a estar permanentemente sujetos al humor cambiante de los gobiernos de turno, se da absoluta discrecionalidad al Comfer para regular y no hay regulación alguna para la publicidad oficial", enumeró.
No obstante, en diálogo con este medio, aclaró que "habrá que ver" si, tal como se prevé, el texto enviado al Congreso incluye modificaciones respecto del preproyecto que se había presentado en marzo pasado.
"No queremos el modelo de comunicación chavista en la Argentina. Queremos medios públicos fuertes pero autónomos del poder de turno, medios comunitarios y medios privados. No queremos el discurso único que quiere el kirchnerismo".

Zancadillas. El Comité Nacional de la UCR fue lapidario: "El escaso respeto por los mecanismos, las herramientas y las instituciones demostrado por el Gobiernoobliga a reclamar una norma que tutele los derechos de los ciudadanos a expresarse e informarse con pluralidad, independencia y responsabilidad, replicar si fuera necesario, y acceder a la información sobre el manejo de los recursos públicos".
En el mismo sentido, a través de un comunicado, advirtió: "De trampas, zancadillas y estafas, el kirchnerismo viene esclareciendo a la Nación desde hace algún tiempo. En especial después de conocer la opinión mayoritaria expresada en las urnas el pasado 28 de junio, cuando el pueblo dijo basta a la manipulación, el abuso y la demagogia mediante el sagrado instrumento del voto.

¿De todos? Desde la Coalición Cívica, Fernando Iglesias, que también integra la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara baja, se mostró particularmente molesto con la afirmación de Cristina Kirchner según la que el proyecto de ley del Ejecutivo "es el de toda la sociedad".
"Que diga que la ley que promueve el Gobierno es de todos anula a la oposición y deja al descubierto el autoritarismo y el totalitarismo de los Kirchner. Claro que tienen derecho a presentar un proyecto, pero decir que es la ley de todos es grave. Además, queda claro que el Gobierno no está tomando nota de que el 70 por ciento de la población los votó en contra", lanzó en declaraciones a lanacion.com.
Iglesias también se ofuscó con la nueva mención de la Presidenta a la última dictadura. "Que éstos que descubrieron los derechos humanos en 2003 digan que el proyecto es de los periodistas desaparecidos es poco serio. La apropiación de la memoria de los desaparecidos para sustentar cualquier cosa, como ya pasó con [Julio] Grondona y la patética comparación con los goles es un verdadero escándalo", se despachó.
El legislador planteó la necesidad de que el debate de la nueva ley se realice "en los tiempos debidos" y volvió a apuntar contra la Casa Rosada. "El Gobierno quiere presentar como una pelea contra las corporaciones lo que en realidad es una pelea contra sus antiguos socios", concluyó.


La oposición vuelve a criticar duramente el proyecto de radiodifusión K
12:00"Va en contra de los argentinos y la libertad de prensa", acusó De Narváez. Para Fernando Iglesias, "se busca una espada de Damocles sobre los medios". Pino Solanas anticipó que presentará su propio proyecto. Y el kirchnerismo defendió la legitimidad del actual Congreso para debatir la iniciativa.
Varios de los principales referentes de la oposición volvieron a cuestionar en duros términos el proyecto que ayer envió al Congreso la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para aprobar una nueva ley de radiodifusión.

Francisco De Narvaez insistió esta mañana en que se trata de "un intento del kirchnerismo por controlar los medios" y volvió a sostener que "es muy parecido a lo que hizo (Hugo) Chávez en Venezuela". Afirmó que su bloque va a trabajar "para que, en el caso de que sea sancionada, sea revisada" porque el proyecto "es en contra de los argentinos, del ciudadano y de la libertad de expresión". Además cuestionó el apuro del oficialismo por tratar la ley y pidió que sea el propio ex presidente Néstor Kirchner el que la defienda en el Congreso cuando asuma como diputado en diciembre.

Desde la Coalición Cívica, el diputado Fernando Iglesias consideró que "la intención" del proyecto es "burda y evidente: se busca una espada de Damocles sobre todos los medios del país". "No se puede desconocer lo que ha pasado con los Kirchner, cómo han manejado a la prensa, las persecuciones a Nelson Castro, Víctor Hugo (Morales), las agresiones a (Jorge) Fontevecchia", agregó, al tiempo que advirtió que "sería terrible que la ley de la democracia termine siendo peor que la de la dictadura".

La senadora de la Coalición Cívica María Eugenia Estenssoro cuestionó el eventual control político que impondría la ley sobre los medios. Pero, además, dijo que "ya el mensaje de la Presidenta" le pareció "muy peligroso" porque "cuando equiparó el derecho de expresión al de extorsión, lo que está cuestionando es el rol de los periodistas, y un gobierno que dice eso es un gobierno al que le molesta que lo critiquen y quiere que haya una voz única".

El jefe del bloque de la UCR en la Cámara baja, Oscar Aguad, se mostró de acuerdo en "cambiar la ley de radiodifusión, pero no con este Congreso". "Cristina habla de democracia y esta ley se trata en un Parlamento que ya está terminado; quiere que se apruebe con el viejo Congreso cuando la sociedad pidió un cambio en las elecciones", criticó el radical. "Este Gobierno no va a cambiar, desagraciadamente crispa los ánimos de la sociedad argentina sin necesidad", añadió.

Desde el oficialismo, encolumnado con el proyecto del Ejecutivo, el diputado Héctor Recalde cuestionó el pedido de la oposición para que el debate parlamentario se dé con el nuevo Parlamento. "Yo no creo haber perdido legitimidad y si alguien piensa que perdió legitimidad para ejercer su mandato tiene la obligación moral de renunciar", argumentó.

Con él coincidió su par Patricia Fadel, que, además, acusó al conjunto de la oposición de "hacer terrorismo", pertenecer a "la extrema derecha" y pretender que el oficialismo deje gobernar "antes de tiempo". La legisladora defendió la iniciativa y se mostró confiada en que el kirchnerismo podrá "trabajar en consenso con otros bloques".

En declaraciones a radio Del Plata, el ex arista Carlos Raimundi se mostró satisfecho por "el clima de debate que se ha planteado". Además defendió la iniciativa kirchnerista porque, según él, "garantiza cierta independencia de la comunicación".

El diputado electo de Proyecto Sur Fernando "Pino" Solanas también consideró "extraordinario" habilitar el debate sobre una nueva ley de radiodifusión y sostuvo que "es difícil estar en desacuerdo" con las generalidades de la idea. Pero cuestionó "los detalles, la letra chica", y anticipó que la semana próxima su espacio presentará "un proyecto alternativo" al que envió el Gobierno.


Para la Coalición Cívica "está en peligro la libertad de expresión"


27/08/09 En durísimos términos, legisladores de la CC aseguraron que con el proyecto oficial de radiodifusión "se está violentando la política", y compararon la estrategia oficial con la del chavismo en Venezuela.

En línea con lo planteado por Unión Pro y la UCR, la Coalición Cívica reclamó que la ley se trate después del 10 de diciembre, cuando asuman los legisladores electos en las elecciones del 28 de junio pasado. Pero no sólo esto, los diputados Fernando Iglesias, la senadora María Eugenia Estensoro y la diputada Elsa Quiroz fueron más lejos en sus críticas a la iniciativa al señalar que “desde hace seis años el oficialismo no ha demostrado ninguna inquietud” en tratar la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y que de lo que se habla es del “derecho a la información que es también un derecho humano”.

A su vez, se interrogaron respecto de los proyectos que, según los referentes de la Coalición Cívica, se encuentran “cajoneados” en el Congreso. En tal sentido, sostuvieron que las propuestas oficialistas “forman parte de una manera de concebir la política autoritaria, que es contraria a la democracia, a la República y al pluralismo”.

“Le preguntamos a la presidenta de que en caso de que el Parlamento sancione una ley que a ella no le guste si va a ejercer de nuevo su derecho de veto como lo ha hecho con la ley de glaciares y con la ley de emergencia agropecuaria”, disparó Iglesias quien encabezó la conferencia de prensa dada hoy en el anexo de la Cámara alta.

Iglesias se refirió también al anuncio de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner quien aseguró hoy que “el proyecto no es de un gobierno, es de ustedes, de todos los que quiere vivir en un país democrático y con pluralidad, y es también en nombre de los 118 periodistas desaparecidos por la dictadura”.

“La presidente me tiene harto, me tiene muy cansado utilizando a los desaparecidos para justificar todas las políticas que se le ocurren al Gobierno. La ley de Radiodifusión ata los negocios sucios que hacen con el señor Grondona. Quienes estuvimos con los derechos humanos durante la dictadura y no descubrimos que existían en el año 2003 estamos cansados de esto y de lo que fue una bandera de todas la sociedad argentina sea utilizada como la de un único partido y de un solo gobierno”, señaló el legislador.

Según sostuvo Iglesias, la “escandalosa ampliación del número de licencias que permitió la concentración de medios en la Argentina fue votada durante la década del ´90 por el Partido Justicialista que conducía Carlos Menem y que acompañaban Duhalde y Kirchner”.

El legislador también habló del “apuro” del oficialismo, indicado por el arco opositor, para sancionar la ley de Radiodifusión. En tal sentido señaló que “hemos pasado de un Congreso inactivo que ha tenido en seis meses de tremenda crisis económica tres sesiones vergonzosas a un Congreso hiperactivo. Luego de seis años de no hacer nada sostiene que si no se sanciona se cae el mundo. Los tiempos de esta ley tienen que ser razonables. No queremos aprietes ni apuros; que se trate con el tiempo que requiere, fundada en una política de Estado”.

Por su parte, la senadora Estenssoro criticó la comparación que hoy hizo CFK entre la “libertad de expresión y la libertad de extorsión”, en esta línea manifestó que cuando se habla de “medios audiovisuales estamos hablando de derechos humanos: derecho a la libertad de expresión y al de la información plural, veraz y libre. Lo que está en peligro en la Argentina es la libertad de expresión; si la presidenta cree que esto es libertad de extorsión es una persona muy autoritaria”.

En la misma línea, la senadora manifestó que “generalmente son los gobiernos autoritarios los que utilizan la cadena nacional constantemente para instalar un discursos único, por eso es llamativo la forma en que el mensaje del Gobierno llega. El Gobierno destruyó la base del diálogo científico y político al destruir el INDEC; es imposible formular y discutir políticas públicas cuando no hay información creíble y fidedigna”.
Para Estenssoro, en la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se debe establecer claramente quién controla a los medios de comunicación y cómo y a su vez quién controlará a este controlador. “En el proyecto oficial la autoridad de aplicación está conformada por mayoría oficialista, es decir que va a ser un órgano político del Gobierno. Nosotros proponemos que la autoridad de aplicación sea un órgano de Estado pero no de Gobierno y que sus miembros se elijan en audiencias públicas”, indicó.

A su vez, señaló que deben existir ciertos principios básicos en la norma tales como cláusulas antimonopólicas, cuotas de mercado y cuotas geográficas. “El Gobierno a través de la publicidad oficial o subsidios directos a medios públicos puede armar un consorcio cuasimonopólico para manejar la opinión pública, es una visión autoritaria”, aseguró.

Estensoro también abogó por la implementación de audiencias públicas para licitar los medios en los distritos donde estos busquen funcionar. También señaló “incompatibilidades”, en tal sentido sostuvo que los dueños de empresas públicas o los concesionarios de obras públicas no pueden ser dueños de medios de comunicación.
Respecto del ingreso de las empresas telefónicas a la radiodifusión, la legisladora indicó que muchos países se están tomando años para discutir este tema. “No se puede tener empresas telefónicas que negocien tarifas en vez de estar informando a la sociedad”, sostuvo.

A su vez, Estenssoro manifestó que no se puede ser funcionario público y dueño de una empresa de comunicación. “Estamos hablando de derechos humanos y de derecho a la información. El contexto para discutir esta ley no es el mejor, se puede discutir junto con otros proyectos que tienen estado parlamentario”, indicó y luego de esto le dio la palabra a la diputada Elsa Quiroz, detenida durante la última dictadura militar.

“Mientras ellos estaban haciendo negocios en Santa Cruz, Elsa Quiroz estaba en la cárcel", indicó para darle la palabra a Quiroz quien declaró que es "un bastardeo" la mención a los desaparecidos por parte de CFK "para justificar cualquier práctica y cualquier conducta".

"Estamos hartos de esta utilización, no se puede habilitar cualquier conducta en nombre de nuestros amores desaparecidos, de nuestros hermanos secuestrados, de nuestros compañeros asesinados en una lucha que este Gobierno no representa para nada", sentenció Quiroz.

jueves, 27 de agosto de 2009

Programas TV.-

Video de América 24, sobre la presentación del proyecto oficial de radiodifusión por los K.-


Programas TV.-

Conferencia de Prensa de la Coalición Cívica respecto al anuncio de la Presidenta de enviar el Proyecto de Ley de Radiodifusión a la Cámara de Diputados.-











miércoles, 26 de agosto de 2009

Programas de Radio.-

Hoy estaré a las 21:30 en el programa de radio "Antes que mañana" conducido por Paulino Rodriguez en radio Continental, hablando de la Ley de Radiodifusión.

lunes, 24 de agosto de 2009

Ciclo de Debates.-

"Qué significa ser progresista en la América Latina del S. XXI"
Roberto Mangabeira Unger (Ex Ministro de Asuntos Estratégicos de Brasil).-




Fernando "Pino" Solanas (Dip. Nac. electo por la Ciudad de BuenosAires. Proyecto Sur - Argentina).-




Fernando Iglesias (Dip. Nac. por la Ciudad de Buenos Aires. Coalicion Civica - Argentina).-



Jueves 27 de Agosto a las 19 hs. en la Sede del PSOE en Argentina, Perón 940.- Entrada Libre y gratuita.-

lunes, 17 de agosto de 2009

Progrmas TV.-

Videos del debate con Juan Cabandié en "Tres Poderes", el domingo 16, sobre el fútbol, la AFA, el gobierno, los superpoderes y la pobreza.

Parte 1.- http://www.youtube.com/watch?v=-pC9rDQtpAE

Parte 2.- http://www.youtube.com/watch?v=i042XRKKW7g

Libertad de Prensa. Pedido de informes.-

Libertad de prensa / Las denuncias del jefe de la SIDE

Piden explicaciones por dos querellas contra LA NACION
El diputado Fernando Iglesias reclama que el director de Inteligencia informe en el Congreso

Lunes 17 de agosto de 2009 Publicado en edición impresa
Mariano de Vedia LA NACION

"Así como quiere correr a los jueces con el Consejo de la Magistratura, el Gobierno quiere correr a los medios y a los periodistas con la SIDE." Preocupado por lo que considera un nuevo intento de amordazamiento a la libertad de prensa, el diputado nacional Fernando Iglesias (Coalición Cívica-Capital) pidió que el director general de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia, Antonio Stiuso, explicara los motivos que lo llevaron a presentar dos querellas por calumnias e injurias contra directivos de LA NACION.
A través de un proyecto de resolución, reclamó la presencia del funcionario en la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara baja para saber, entre otros puntos oscuros, si "las denuncias presentadas contaron con el aval de la Presidenta, del jefe de Gabinete o del ministro de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos".
Así lo explicó a LA NACION el escritor y periodista, que accedió al Congreso en diciembre de 2007 y que considera inadmisible la presentación judicial, dado que "no existe en nuestro país el delito de opinión".
El pedido de informes recuerda que las querellas fueron presentadas por Stiuso contra Bartolomé Mitre y Julio Saguier, director y presidente del directorio de LA NACION, respectivamente, por la publicación de editoriales sobre la investigación del atentado a la AMIA. Trabas del oficialismo
"No es una actividad aislada y es difícil que el jefe de Inteligencia diera esos pasos sin que estuviera al tanto la presidenta Cristina Kirchner", afirmó el diputado, al señalar su preocupación por la actitud del jefe de los espías, a quien identificó, por la torpeza de sus movimientos, con el Superagente 86.
Al margen del caso Stiuso, Iglesias transmitió su preocupación por "las persistentes trabas que pone el oficialismo" para impedir que sesione la Comisión de Libertad de Expresión, que preside la diputada Silvana Giudici (UCR-Capital).
"Hay mucha actividad y muchos temas por abordar, como el proyecto de radiodifusión impulsado por el propio gobierno. Pero los diputados oficialistas no dan quórum y la comisión no puede expedirse", dijo Iglesias, tras señalar que en los últimos dos años sólo han podido reunirse los legisladores de la oposición. En muchos temas hay coincidencias y avanzan en forma compacta, dijo, y mencionó diputados de diversa procedencia, como Norma Morandini (Memoria y Democracia), Paula Bertol (Pro) y Elsa Quirós (CC).
"Varios tratados internacionales con jerarquía constitucional, como la Declaración Universal de Derechos Humanos y el Pacto de San José de Costa Rica, garantizan las libertades de opinión y de expresión. La Argentina tiene que eliminar el delito de calumnias e injurias", dijo el diputado, autor de un proyecto que propone modificar la tipificación de esas figuras en el Código Penal. Medios públicos
Iglesias reveló que a la Comisión de Libertad de Expresión "llegan muchas denuncias sobre intimidaciones por parte de periodistas que trabajan en medios públicos, muchos de los cuales no se atreven a hacerlas públicas por temor a represalias".
Mencionó el caso de la agencia estatal Télam y advirtió sobre la falta de disposición del Gobierno para discutir en la comisión el proyecto de ley de radiodifusión.
"El Sistema Nacional de Medios Públicos, que pagamos entre todos, se ha convertido en una agencia de publicidad oficial. El Gobierno debería explicar por qué el Ministerio de Planificación multiplicó por cinco su pauta publicitaria", dijo. También advirtió sobre los gastos en Canal 7, que tiene "1200 empleados, un presupuesto monstruoso y sigue tercerizando tareas".
"La nueva estrategia con la Secretaría de Inteligencia forma parte de la tradición kirchnerista, que habla del golpismo mediático", precisó Iglesias. "Cuando gana las elecciones con el 46% de los votos, el Gobierno dice que es porque la gente acompaña el modelo. Pero cuando pierde, como en las últimas elecciones, es por una conspiración mediática", dijo, y concluyó: "Los medios recogen el descontento de la sociedad frente a un gobierno desorientado e incapaz de escuchar críticas".







http://www.youtube.com/watch?v=mjJQC7a4FwU

domingo, 16 de agosto de 2009

Programas TV.-


Este Domingo 16, a las 21.30, voy a estar en "Tres Poderes" por América, con Montenegro, Sietecase y Rozin.

Y el Lunes 17, a las 20, estaré con Jorge Jacobson en "Panorama" por Canal Metro.

Discurso Facultades Delegadas.-



Discurso dado en la Sesión Extraordinaria del día 12 de Agosto en la Cámara de Diputados sobre las FACULTADES DELEGADAS.





Sr. Presidente (Fellner).- Tiene la palabra el señor diputado por la Capital.

Sr. Iglesias.- Señor presidente: van seis años de gobierno kirchnerista y quisiera recordar cuál fue la promesa esencial que Néstor Kirchner hizo al pueblo argentino cuando llegó a la Presidencia de la Nación. Esa promesa fue: “Déjenme concentrar el poder, que yo voy a redistribuir la riqueza”. Esa fue la gran promesa kirchnerista.
Hoy, luego de seis años, es tiempo de hacer un balance. La redistribución de la riqueza en la Argentina es de 28 a 1. El 10 por ciento más rico del país gana 28 veces más que el 10 por ciento más pobre. En el terrible 2001 esta proporción era 27 a 1. El nivel de pobreza oscila entre el 30 y el 40 por ciento, mientras que el de la indigencia es de más del 12 por ciento. Estos son casi los mismos valores que teníamos en 2001. Y no es casualidad, porque no hay redistribución de la riqueza si no hay República.
El programa kirchnerista lo enunció alguien que conozco personalmente y que hoy parece ser el filósofo oficial del kirchnerismo, José Pablo Feinmann, quien lo dijo en una frase típica: “A mí no me importa si Kirchner respeta las instituciones. A mí me interesa si le da de comer a la gente.”
Seis años después esta frase resulta tan inteligente como si yo dijera “No se preocupen. No me interesa si este avión tiene alas; me interesa que vuele”. Quisiera saber si alguno de ustedes se subiría a ese avión porque el comandante les dijo que no importa que no tenga alas, porque lo importante es que vuele. Porque exactamente esto es lo que hicieron cuando pensaron que era posible redistribuir la riqueza concentrando el poder.
- Aplausos en las galerías.
Sr. Iglesias.- La República no es una palabra linda para señoras gordas que toman té con scones. La República es un formidable sistema de redistribución del poder, que en vez de residir en una sola persona –el monarca‑, se distribuye en los ministros y en todo el Poder Ejecutivo, que tiene que contar con verdaderos ministros que se junten en reuniones de Gabinete y no mandaderos. Y me gustaría que alguna vez me explicaran qué clase de diálogo puede haber con un ministro que no tiene reuniones de Gabinete.
- Aplausos en las galerías.
Sr. Iglesias.- Como decía, la República es un sistema de redistribución del poder político que da poder a las Cortes, al Parlamento, a los gobernadores y a los intendentes. Es de esta redistribución del poder político que se genera a su vez la redistribución de la riqueza. Por eso no existe país en el mundo que sea socialmente justo, en el que los más pobres tengan derecho a la salud, a la educación y a una vida digna sin un verdadero funcionamiento de las instituciones republicanas. Si me equivoco, por favor, nómbrenme uno.
- Aplausos en las galerías.
Sr. Iglesias.- Concentrar el poder es concentrar la riqueza, como bien podemos observar en ciertas declaraciones juradas. La República es distribución del poder y de la riqueza. Se tiene los dos o no se tiene ninguno.
Por lo tanto, no vamos a caer en la trampa de quienes dicen “Déjennos seguir concentrando el poder que ya vamos a distribuir la riqueza. No lo hicimos en los seis años que tuvimos superávit; no lo hicimos cuando teníamos viento de cola; pero lo vamos a hacer ahora, en momentos de crisis”. ¡No les cree más nadie! ¡Es hora de que se den cuenta de que nadie le cree ya a este Gobierno!
- Aplausos en las galerías.
Sr. Iglesias.- Soy un diputado nuevo; llevo un año y medio de ejercicio de mi mandato. La verdad es que hoy escuché cosas que me escandalizaron. Personalmente me niego a convalidar los errores del presente con los errores del pasado. ¿Qué país se construye diciendo “Ya que ayer cometimos errores, sigamos cometiendo errores hoy”? La respuesta es el triste país que tenemos.
- Aplausos en las galerías.
Sr. Iglesias.- ¿Para que sirve la memoria entonces? Se lo digo especialmente al diputado que trajo una lista para justificar que como se habían cometido errores en el pasado debemos seguir cometiéndolos en el presente. Yo creía que el concepto de memoria histórica implicaba aprender de los errores del pasado para no volver a cometerlos en el futuro. Pero parece que no es así y que hay que tomar los errores del pasado para seguir cometiéndolos.
- Aplausos en las galerías.
Sr. Iglesias.- Mi colega de bancada, el diputado “Pancho” Ferro, pronunció ayer una frase ingeniosa que me gustó mucho. Como Ferro es un diputado campero, dijo que el gobierno era como el tero, porque chillaba por izquierda y ponía los huevos por derecha.
- Aplausos en las galerías.
Sr. Iglesias.- Por eso, hoy quiero defender las palabras “izquierda”, “centroizquierda”, “progresismo” y la expresión “redistribución de la riqueza”, que este gobierno ha gastado sistemáticamente en los últimos seis años.
La izquierda nace en la Asamblea Francesa, que probablemente haya sido el primer organismo republicano y democrático de la historia mundial. En esa Asamblea, a una parte de los diputados se los denominaba de izquierda, y a los otros, de derecha, según el lugar que ocupaban en el recinto. Por eso, se es de izquierda, primero, si existe el Parlamento; se es de izquierda si existen las instituciones de la República. Cuando no hay Parlamento y cuando no hay República no existe la derecha ni la izquierda; lo que hay es concentración del poder y de la riqueza. Y corrupción.
- Aplausos en las galerías.
Sr. Iglesias.- En los países donde existe verdaderamente la República y donde gobiernan sectores de izquierda y centroizquierda, se tasa el rédito mediante impuestos a las ganancias, que son tributos coparticipables que llegan a todos los sectores del país y no quedan concentrados en una gran caja unitaria.
- Aplausos en las galerías.
Sr. Iglesias.- En los países donde hay Parlamento, instituciones republicanas e izquierda, se distribuye la riqueza con ingresos ciudadanos para todos, sin clientelismo. Por eso, apenas nos den la oportunidad los diputados oficialistas, vamos a defender el ingreso ciudadano a la niñez; un proyecto original de las señoras diputadas Elisa Carca y Elisa Carrió, del año 1996; y que estamos muy orgullosos de que otros bloques lo hayan tomado como propio.
Quiero aclarar que yo no soy peronista. Pero aunque siempre he sido muy crítico del peronismo –y no me voy a esconder‑, debo reconocer que me gustaban algunas cosas, aunque quizás no las compartía en un ciento por ciento. Creo que en el peronismo había valores que eran interesantes. Por ejemplo, hablaban del federalismo, del país productivo y de la burguesía nacional. Y yo me pregunto: ¿qué es una burguesía nacional? Los invito a todos a reflexionar sobre este tema.

- Manifestaciones en las galerías.
Sr. Iglesias.- Una burguesía nacional es un sector productivo de propietarios –si no, no serían burgueses‑ que hacen dinero produciendo y no especulando, que invierten en el país…
- Manifestaciones en las galerías.
Sr. Iglesias.- A los que me gritan desde las galerías les pregunto: si todavía no he dicho de qué sector estoy hablando, ¿cómo saben que me refiero al campo?
Yo hablaba de la burguesía nacional. Hablaba de un sector productivo que era una verdadera burguesía nacional, que invertía en el país y no afuera, que no compraba departamentos en Punta del Este, que no tenía empresas quebradas mientras los propietarios eran ricos, que distribuía federal y socialmente la riqueza en el país, con sus sectores pequeños, medianos y grandes.
Algunas cosas realmente me llaman la atención. Hablan de la concentración del sector agropecuario como si fuera un escándalo. Dicen que el 50 por ciento de la producción agropecuaria está en un monopolio de 2.500 productores. Yo les pregunto: ¿escuchan lo que dicen? Un monopolio de 2.500 productores es una gran originalidad argentina, porque los monopolios en el mundo son de uno; en todo caso, habrá oligopolios de cuatro o cinco, pero: ¿un monopolio de 2.500?

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.
Sr. Iglesias.- Yo me pregunto, señor presidente: ¿cuántos productores son el 50 por ciento de la producción automotriz, o el 50 por ciento de la producción metalúrgica? ¿En manos de cuántos está el 50 por ciento del capital financiero en la Argentina? Me parece que no son 2.500.
Si vamos a estar en serio en contra de la concentración de la riqueza y el poder, empecemos a ponerles impuestos a los sectores que concentran la riqueza y el poder y no a los otros.

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.
Sr. Iglesias.- Por otro lado, señor presidente, me llama mucho la atención dos argumentos que esgrime hoy el oficialismo; se trata de dos argumentos realmente curiosos. Parece que ahora ser progresista es ponerle tasas al sector productivo y no ponérselas ni al sector financiero, ni al juego, ni a la minería.

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.
Sr. Iglesias.- Parece que hoy ser progresista en la Argentina es cuidar el superávit fiscal en plena recesión. Sin embargo me parece recordar que a algunos gobiernos que ensayaron esta receta no les fue bien; por el contrario, les fue muy mal, porque no hay solución al problema fiscal si no salimos de la recesión, si no ponemos en marcha el país, si no apoyamos a los sectores productivos. No hay superávit fiscal ni sustentabilidad fiscal si el país sigue parado, como lo está desde hace un año por capricho de este gobierno.

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.
Sr. Iglesias.- También quiero referirme al vaciamiento del Parlamento, porque esto es lo que estamos discutiendo hoy: si vamos a vivir en una República en la que funcionan todos sus poderes o en una monarquía donde solamente gobierna el Poder Ejecutivo.
Se vacía el Parlamento, señor presidente, cuando teniendo el Gobierno mayoría en las dos cámaras gobierna a fuerza de decretos de necesidad y urgencia, de superpoderes y de facultades delegadas. Y así es como han gobernado por seis años. Y también se vacía el Parlamento cuando en febrero, en vez de llamar a extraordinarias, por primera vez en la historia de la democracia este Parlamento estuvo vacío. Se vacía el Parlamento cuando en seis meses tuvimos sólo tres sesiones, y algunas de ellas realmente vergonzosas por las leyes que se trataron. Se vacía el Parlamento porque las comisiones están congeladas. Se vacía el Parlamento porque en la Comisión de Agricultura y Ganadería hubo 175 proyectos de ley y se trataron y aprobaron en el recinto solamente seis, todos del oficialismo, mientras la totalidad de los proyectos de la oposición están cajoneados muriéndose de risa…

- Aplausos en las galerías.
Sr. Iglesias.- …mientras el oficialismo dice que no tenemos propuestas.
Entonces les pido que digan la verdad, porque si cuando el gobierno tiene la mayoría gobierna por decretos de necesidad y urgencia y el Congreso funciona como una escribanía, ¿para qué existe el Congreso? Y si cuando no tiene más la mayoría automática y ya no se quiere funcionar como escribanía y la realidad impone otra cosa, igual hay que votarles todas las leyes, como la de los superpoderes, porque si no dicen que el gobierno se cae. Entonces digamos la verdad: saquemos el Parlamento, cerrémoslo, devolvamos las dietas y dejemos de mentirle a la gente.

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.

Sr. Iglesias.- Antes, las facultades extraordinarias eran necesarias porque había crisis. Después eran necesarias porque no había más crisis. Ahora son necesarias de nuevo porque volvió la crisis. ¿Siempre son necesarias? Digamos la verdad: si la oposición no sirve para nada, si sólo sirve para hacer perder el tiempo y poner palos en la rueda, terminemos también con la oposición. ¿Por qué no dicen la verdad? Si quieren que el único poder real en este país sea el Ejecutivo y que los opositores nos vayamos, establezcamos una monarquía y volvamos a Luis XIV. Así van a estar contentos algunos que dicen ser de izquierda.

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.

Sr. Iglesias.- Finalmente llegamos, con un mes de atraso, al ámbito real de la discusión política, del diálogo, del consenso y el debate, que es el Parlamento. Esa es la verdad. Hoy está en juego quién es verdadera oposición y quién es oficialismo. Y en esto no puede haber ambigüedad: se respeta la Constitución y la República o se sigue consintiendo a un gobierno que es monárquico y concentrador del poder y que ha hecho de la distribución de la riqueza una frase hueca más.
Y quiero contestarle al senador Pichetto, que en nombre de la gobernabilidad parece que quiere que le votemos todo. Quiero decirle que no aceptamos el chantaje de hacernos sentir golpistas y destituyentes porque somos oposición. Desde que tengo memoria y desde que ha vuelto la democracia a la Argentina ha habido dos golpes destituyentes que se enmarcan en dos números y un nombre. Los dos golpes destituyentes contra un gobierno democrático fueron en 1989 y en 2001 y el golpista destituyente fue el Pejota. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)
Por eso hoy les pido…

- Manifestaciones en las galerías.
Sr. Iglesias.- Repito, señor presidente: dije “el Pejota” y no “el peronismo”, porque los peronistas de verdad se avergüenzan de estas cosas. (Aplausos y manifestaciones en las bancas y en las galerías.)
Por eso hoy tenemos niveles de pobreza e indigencia que son los de 2001. Por eso tenemos hoy un gobierno desprestigiado y fuga de capitales y sin embargo no hay golpe, porque no hay nadie de la oposición que esté organizando puebladas fuera de este Parlamento.

Sr. Presidente (Fellner).- Señor diputado: el señor diputado Heredia le solicita una interrupción. ¿Se la concede?

Sr. Iglesias.- Si me reconoce el tiempo, con mucho gusto, señor presidente.

Sr. Presidente (Fellner).- No le puedo reconocer el tiempo, señor diputado.

Sr. Iglesias.- Entonces no concedo la interrupción, señor presidente.
Hace veinticinco años que venimos de fracaso en fracaso de una democracia que no ha sabido consolidar la República.
Cuando yo era joven decíamos –y cuánto nos equivocábamos‑ que la democracia era formal. Tuvo que caer la democracia para que entendiéramos que la democracia no era formal ni era la máscara de los poderosos. La democracia era sustantiva y era la defensa de los más pobres. Cuando cayó la democracia los que más sufrieron fueron los más pobres, los trabajadores, los desaparecidos, y el pueblo argentino aprendió que la democracia no era formal sino sustantiva. Ahora lo que está planteado es dar un paso más y entender que la República no es formal sino sustantiva, porque sin República no hay país en serio, no hay nueva política ni distribución del ingreso.

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.
Sr. Iglesias.- Por eso digo que hoy es la hora de la República y no mañana. Hoy es la hora de la distribución del ingreso verdadero, que la vamos a hacer acá, junto a los diputados del oficialismo, si nos dan la oportunidad. Los invito a tratar el ingreso ciudadano a la niñez lo antes posible, para terminar con la pobreza, con la inseguridad y con el clientelismo. Y les pido a todos que antes de votar piensen bien lo que van a hacer, que voten según lo que nos dicen en los pasillos y no según las cosas que he escuchado en este recinto.

- Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Iglesias.- Les pido a todos que no tengan miedo, que juntos tomemos las responsabilidades que la Constitución puso en nuestras manos. Seamos dignos. Asumamos nuestras responsabilidades, porque lo vamos a hacer mucho mejor que lo que ha hecho el Poder Ejecutivo.
No tengan miedo. Evitemos una nueva 125, basada en los superpoderes, en las facultades delegadas y en los DNU. Recordemos que 1983 fue un momento histórico para la República Argentina. Establecimos un “nunca más” democrático que dijo “nunca más dictaduras”. Hoy es hora de que hagamos, más modestamente, un “nunca más” republicano y digamos “nunca más a la delegación de facultades, nunca más a los superpoderes, nunca más a los decretos de necesidad y urgencia”.

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.

Sr. Iglesias.- Lo digo con un genuino y verdadero espíritu de colaboración, porque nadie puede ayudar a quien no quiere que lo ayuden, y nadie puede ayudar a quien no quiere ayudarse. Gracias señor Presidente.





(Aplausos y manifestaciones en las bancas y en las galerías.)

viernes, 14 de agosto de 2009



Hoy viernes 14 a las 23 horas estaré en el programa "Edición Extra" en América 24, hablando sobre las declaraciones de la presidenta.

Progrmas TV.-


Este sábado 15 de agosto a las 12 horas estaré en el programa "Universidad Crítica" por América 24.



Y el domingo 16, a las 12 horas, me presentaré en el programa "Los siete locos" por canal 7.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Programas de Radio.-

Entrevista realizada el 11 de agosto 2009 en "Ahora es Nuestra la Ciudad" por La Marea, AM 1420.-

FERNANDO IGLESIAS, DIPUTADO NACIONAL DE LA COALICION CIVICA, PERIODISTA Y ESCRITOR, DIALOGO SOBRE LAS ULTIMAS MEDIDAS GUBERNAMENTALES, LA VUELTA DE ELISA CARRIO Y LAS CRITICAS DEL COBISMO.

El diputado Fernando Iglesias expresó que “no veo ningún motivo para no seguir junto con la UCR” en relación con las internas entre el partido centenario y la Coalición Cívica liderada por Elisa Carrió. “En el congreso todos los partidos que forman parte del Acuerdo Cívico y Social votaremos unánimemente”. Sobre los dichos de Daniel Katz de Concenso Federal quien dijo que Carrió es una “piedra en el zapato”, Iglesias las calificó de “muy desafortunadas” y que había escuchado “con cierta estupefacción a Cobos decir que Carrió se equivocó, pero en todo caso en el 2007 no fue ella quien aceptó ser vicepresidenta de un partido como éste sabiendo lo que eran los Kirchner”.


Iglesias dijo desconocer los dichos de Carrió acerca de que se bajaba de su candidatura presidencial para el 2011, “falta mucho”, agregó y hoy por hoy “no es la candidata que más rendiría en las encuestas” pero “la gente sabe quién es quién, y sabrá a quien votar”.


Al hablar sobre las negociaciones entre el gobierno y la Asociación de Futbol Argentino sobre los derechos de televisación de los partidos del próximo campeonato dijo el diputado que: “Este gobierno está pasando de la no percepción de la realidad a un delirio”. “En una situación como la actual del país, los funcionarios no deberían gastar ni un centavo de los impuestos ni de su tiempo en un tema como éste”. (…) “El kirchnerismo es como el tero: chilla por la izquierda y pone los huevos por la derecha”. (…) “Tendrán y tienen que explicar cómo hay gente que pasa hambre mientras se gastan millones en subsidios y vuelos a Miami.”


Sobre las declaraciones del ex jefe de gabinete, Alberto Fernández, quien cree que es víctima de una persecución política, dijo que es “fantástico” pues, en su momento, el propio Fernández, según Iglesias, “se encargó de las pinchaduras de teléfono de todo el mundo y se viene a desayunar ahora de que se pinchan los teléfonos”. (…) “En el reportaje que lo dijo también criticó a Carrió por no asistir al diálogo con Randazzo, ¿para qué? Si ellos tienen todas las grabaciones pues las pinchaduras las hace la SIDE que depende del Ministerio del Interior”.


Finalmente defendió la idea de Carrió de militar en la provincia de Buenos Aires y dijo que no es una cargada al electorado porteño: “Los diputados de la Nación representan los intereses nacionales, no como los senadores que sí representan las provincias. (…) “Por otra parte muchos de los problemas de la ciudad provienen de la provincia pues mejorar la situación del conurbano y de la nación es función de la ciudad que siempre importa problemas”.

jueves, 6 de agosto de 2009

Notas.-




La siguiente nota fue publicada en Contraeditorial de Agosto en respuesta a una escrita por Paul Kennedy en el diario Clarín del día 9 de Junio, titulada "El Estado ha vuelto".
Para leerla, hacer click aqui.

El estado-nación ha vuelto (a fracasar)

Impotentes para regular el sistema financiero globalizado al ritmo del avance tecnológico, los Estados nacionales promovieron condiciones económicas que tarde o temprano llevaron a la crisis, fueron impotentes para evitarla.
Para leer la versión original, hacer click aqui.

Resulta verdaderamente sorprendente escuchar de una figura intelectual del prestigio de Paul Kennedy el mismo absurdo mantra que hoy repite como un conjuro en la Argentina cierto nacionalismo populista disfrazado de progresismo y de izquierda, cuyo proyecto de país para el siglo XXI se remonta a los amarillentos tomos de la enciclopedia jauretcheana de mediados del siglo XX. En su artículo publicado el martes 9 de junio en Clarín (“El Estado ha vuelto –si es que ustedes creían que se había ido–”), Kennedy nos asombra con el repertorio habitual: el estado nacional, tan vilipendiado en los noventa, ha vuelto a escena para demostrar su indiscutible poder.

¿La demostración, según Kennedy? Los controles aeroportuarios y no aeroportuarios que se imponen hoy obligatoriamente en todos lados y las masivas intervenciones estatales originadas en la crisis financiera. Es por lo menos curioso que el habitante de uno de los muchos países que en el mundo han sabido dejar atrás –con errores y dificultades y altos costos económico-sociales, desde luego– la opción entre el neoliberalismo globalista y el nacionalismo autárquico y estatista sea incapaz de comprender que no se agotan allí las posibilidades políticas del mundo, y de alcanzar una alternativa superadora, como se usa decir ahora con el gesto enjundioso de quienes pretenden haber entendido el galimatías hegeliano, que intente conciliar –como aconseja la mejor tradición socialdemócrata– el dinamismo productivo de los mercados abiertos y la capacidad redistributiva de los sistemas políticos democráticos. Nada de eso, parece decirnos Kennedy. ¡Estatismo o neoliberalismo!, propone. Menemismo o kirchnerismo me parece oír ya que replica por aquí el eco de sus epígonos.
Pero repasemos por un momento la hipótesis kennedyana y los hechos realmente ocurridos.
La pavorosa debilidad del estado nacional más poderoso de la historia del mundo.

El 11 de septiembre de 2001 una secta medievalista armada con cuchillitos de veinte centímetros destruyó uno de los principales centros financieros del mundo –las Twin Towers– situado a pocos pasos de Wall Street, en la ciudad más importante del estado nacional más poderoso de la historia.

No contentos con ello, los terroristas destruyeron además buena parte del Pentágono, principal centro de coordinación de unas fuerzas armadas cuyo potencial bélico era y es suficiente para destruir varias veces la vida en la Tierra. Miles de personas murieron, el mundo se enfrentó a una crisis recesiva que duró más de un año y de la que se salió al precio de la famosa burbuja que acaba de estallar, el estado nacional más poderoso del mundo se embarcó en la invasión de Afganistán e Irak con resultados peores que desastrosos, se perdieron en él una parte importante de las libertades que habían necesitado siglos para consagrarse y en los aeropuertos de todo el mundo se hizo imposible viajar sin ser inspeccionado por una milicia civil regimentada. El tráfico global se lentificó y encareció, el comercio internacional cayó, las migraciones se hicieron más escasas y riesgosas y todos nos convertimos en potenciales sospechosos de apoyar al (o ser parte del) terrorismo o el fascismo. Y todo ello, debido a las acciones de una secta ridículamente pequeña pero no organizada nacionalmente sino como una red global de recursos que a pesar de sus mínimas dimensiones fue capaz de infligir una potente herida al estado nacional más poderoso del mundo en una operación cuyo costo total fue estimado en 200.000 dólares. ¿Qué lecciones sacan Paul Kennedy y los nacionalistas de todo el mundo sobre lo sucedido? Que el estado nacional ha vuelto y está en condiciones de imponer “demostraciones de autoridad en todas partes”. Sin comentarios...

Tanto o más claro es lo acontecido con la crisis financiera. Desde hace al menos veinte años un capitalismo global ha venido, mediante la deslocalización y el outsourcing, imponiendo condiciones a una política reducida a sus dimensiones nacionales. En el ámbito de la producción agraria e industrial, la competencia de los estados por las inversiones y los puestos de trabajo ha llevado a un dumping laboral y ecológico global, en el cual “ganan” ventajas comparativas para las inversiones los estados nacionales que más permiten contaminar y disminuyen más los salarios y los impuestos. En el ámbito financiero, este mismo dumping global está en el origen de la desregulación, las fusiones bancarias, el apalancamiento exponencial y su consecuencia previsible: la creación de la burbuja financiera que acaba de estallar.

Resumamos lo acontecido: impotentes para regular un sistema financiero globalizado al ritmo del avance tecnológico, los estados nacionales promovieron condiciones económicas que tarde o temprano llevaban a la crisis, fueron impotentes para evitarla, la detectaron tardíamente, y cuando finalmente se decidieron a actuar debieron adoptar medidas globales en organismos supranacionales como el FMI y el G20; medidas que consistieron básicamente en disponer un vasto operativo de rescate en favor de las mismas corporaciones que se habían hecho un festín en los noventa. Una hazaña...

De testigos impotentes en la era de las grandes ganancias (escasamente expresadas en términos de mejora de la situación de los ciudadanos más pobres y vulnerables) a socios en las pérdidas, financiadas hoy con los impuestos que pagamos todos y mañana con un nuevo impuesto regresivo, el inflacionario, debido a la emisión desproporcionada. He aquí a lo que Kennedy describe en términos de “el Estado intervino para retomar el control de los asuntos financieros”. He aquí la realidad: potencia devastadora para destruir el planeta pero escasa habilidad para defender la vida de sus propios ciudadanos (11 de septiembre); capacidad de invadir en pocos días un país (Irak) pero incapacidad para controlarlo; imposibilidad de redistribuir los beneficios a la hora del crecimiento y obligación de socorrer a los grandes grupos en la de las dificultades. Si estas son las demostraciones de poder del más poderoso de los estados nacionales, ¿qué le queda al resto?

Los estados nacionales en la era de la globalización

Reagan y Thatcher no salieron de un repollo, sino del desastre que provocó el intento de François Mitterrand de seguir aplicando recetas keynesianas a escala nacional en una economía francesa que ya no lo era. Y algo parecido le sucedió pocos años después a cierto presidente argentino demócrata y honesto, cómo no, pero cuyo fracaso en comprender el nuevo universo económico llevó directamente a la crisis energética, la hiperinflación y a los diez años siguientes de neoliberalismo y menemato. Hace bien Kennedy pues en criticar a quienes sostenían entonces con ligereza que los estados nacionales iban a desaparecer y que su poder había sido uniformemente disminuido, pero se equivoca cuando piensa que los estados nacionales pueden seguir considerándose el centro monopólico de la política, la economía y la cultura y la economía en pleno auge de la globalización, y que –por lo tanto– pueden “volver” limpiamente de su debacle noventista sin hacer un profundo análisis de sus causas que les permita ajustar sus estrategias al nuevo contexto.

A la luz de la reciente experiencia, podemos hacer una corrección a ambas tesis, la neoliberal acríticamente globalista y la neonacionalista acríticamente estatista, mediante la enunciación de otras dos tesis “superadoras”:

1) La globalización no implica la desaparición de los estados nacionales, sino su pérdida de centralidad y la subordinación creciente de sus acciones, no importa cuán independientes aparezcan a los nacionalistas, a la lógica de los fenómenos, los procesos y los sistemas globales.
2) Consecuentemente, los intereses nacionales ya no pueden ser defendidos mediante métodos nacionalistas, sino que requieren métodos cosmopolitas: la coordinación y solidaridad inter-nacional, la integración regional y global, la reforma democrática del sistema político y financiero mundial, la organización de un vasto movimiento global de ciudadanos del mundo que reclamen la vigencia planetaria e igualitaria de los derechos humanos, la construcción de grandes unidades continentales democráticas y federales.
¿La encarnación del bien sobre la Tierra?

Resulta también curiosa la pasión por creer –más allá de toda la experiencia histórica en contrario– que el estado nacional y su ideología básica, el nacionalismo, constituyen la encarnación del bien sobre la Tierra. En verdad, la nación-estado es un artefacto ambiguo que ha sido fundamental en los avances civilizatorios durante muchos siglos pero que ya para el siglo XX demostró también su enorme potencial destructivo. En el mundo, sin que importase la polaridad derecha-izquierda, todos los regímenes totalitarios fueron unánimemente nacionalistas. Su unánime voluntad de restringir la política, la economía y la cultura al interior de un territorio cerrado controlado por un poder despótico y centralizado fue su marca de fábrica. La estandarización, la masificación y la homogenización, paradigmas industrialistas, fueron aplicados a los seres humanos por el artefacto emblemático de la Era Industrial: el estado nacional. La identidad y la cultura nacional no fueron otra cosa que la aplicación del concepto industrial de estandarización al campo cultural-identitario. Para no hablar de las guerras inter-nacionales que conmovieron al siglo XX ni mencionar que todos los genocidios de los últimos siglos, desde el de los indios americanos hasta los de los armenios, los judíos europeos, los gitanos y los musulmanes bosníacos, fueron sangrientas operaciones de ingeniería demográfica dedicadas a la consagración del principio nacionalista básico: el de la homogeneidad étnico-cultural de la unidad política.

Y volviendo a la Argentina, es también asombroso que tantos se olviden de lo mismo que sostienen: que los crímenes contra la humanidad son –según ellos mismos: por definición– crímenes estatales; es decir: crímenes cometidos por el estado nacional como el argentino, perpetrado por el gobierno nacional y nacionalista de Videla, usando las fuerzas armadas nacionales y las instalaciones de las fuerzas de seguridad nacionales para instalar espantosos campos de concentración sobre los cuales flameaba la bandera argentina y en los cuales eliminar enemigos definidos como “apátridas” y “miembros de una conspiración internacional” contra el “ser nacional argentino”.

De manera que aun si coincidiéramos con Kennedy en su dudosa hipótesis de que el estado nacional “ha vuelto” intacto e impoluto al ruedo, las numerosas debacles causadas por la hipotética encarnación del bien sobre la Tierra sugieren que no estaría de más poner entre signos de interrogación las razones de tanta esperanzada algarabía.

Como ha sostenido el periodista de The Guardian George Monbiot, todo se ha globalizado menos la democracia. Agreguemos desde aquí que, en un mundo global, habrá cada vez menos espacio para las democracias nacionales a menos que comprendamos la necesidad de construir ciudadanía y democracia a nivel regional, internacional y mundial, en vez de seguir soñando reaccionariamente con el regreso a los viejos buenos tiempos nacional-industriales. Por otra parte, la crisis de los estados nacionales como centro monopólico de la actividad y la organización política no constituye el fin de la política ni el de la democracia ya que la tesis oculta de Kennedy –la de que “política” es igual a “estado nacional”– es manifiestamente falsa.

He aquí pues la regla primera para una política de la era global: los estados nacionales no son ya capaces de salvar al mundo pero son cada vez más capaces de destruirlo. Que el más poderoso de ellos pueda acabar con la vida en el planeta pero sea impotente para defender a sus ciudadanos del terrorismo global y las crisis financieras debería llamarnos a reflexionar sobre las nociones y percepciones que siguen impartiéndose cada vez que se iza una bandera nacional en una escuela y los alumnos formados militarmente entonan: “Alta en el cielo, un águila guerrera”.

La globalización no implica el fin de la política ni el de la democracia sino el fin de las políticas meramente nacionales regidas por el nacionalismo gnoseológico y metodológico y el fin de una democracia reducida a una sola de sus posibles dimensiones espaciales: la nacional. Es esta también la era del fin del monopolio que sobre política y democracia han venido ejerciendo los estados nacionales desde hace cinco siglos, cuando la principal fuente de riqueza era la tierra y no el cerebro de los hombres, cuando para llegar desde París hasta Marsella se necesitaban días de viaje a caballo y el único italiano que conocía la China se llamaba Marco Polo.

La proliferación nuclear, el recalentamiento climático, la crisis económica, el descontrol de la tecnología, las pestes globales, las grandes migraciones y los conflictos que de ellas se derivan, nos dicen cada día que ya va siendo hora de que nos animemos a comprender la necesidad de extender el dominio de la democracia no sólo al interno de los estados, sino a las relaciones entre ellos y al gobierno de los fenómenos y procesos globales de cuyo control depende hoy la suerte del planeta.