FRAGMENTOS DE UN DISCURSO FASCISTA
DISCURSO DE LA PRESIDENTE DE LA NACIÓN EN OCASIÓN DE LA RECUPERACIÓN DE LA FRAGATA MALVINAS
Este día marca un jalón trascendente para la historia argentina, en un momento histórico muy particular. Miles de ciudadanos, hombres y mujeres en todo el país, en todos los pueblos, en las pequeñas granjas, en las ciudades y en esta Plaza de Mayo histórica que ha marcado rumbos a través de la Historia nacional, argentinos que hoy se han acercado aquí a Mar del Plata o que, desde el lugar en que estén, están presenciando lo que tal vez simbolice con mayor precisión que en otras ocasiones la defensa irrestricta de los derechos de la Argentina y el respeto a su soberanía y dignidad nacional.
Argentina, una vez más, sufre los ataques de fondos buitre y también de otros que nos amenazan a catorce mil kilómetros con venir a militarizar o invadir nuestras Islas Malvinas. Es un despojo que hoy hemos lavado. El hidalgo pueblo argentino tiende sus manos al adversario, dando un ejemplo de templanza, de responsabilidad y de coraje, que es lo que hay que tener también. Se trata de derechos que pacientemente y prudentemente hemos tratado de reivindicar por las vías diplomáticas, de convicciones que, en esta ocasión, estaban además acompañadas por el derecho internacional, por los tratados firmados y por todo el orden jurídico global que decía que teníamos razón.
No hemos hecho otra cosa que interpretar el sentimiento del pueblo argentino. Escuchamos el clamor de nuestro pueblo, que pide – por sobre todas las cosas – respeto y dignidad al pabellón nacional y a los derechos de la Patria. Cada uno de ustedes, hombres, mujeres, la gran juventud argentina y la niñez, está sintiendo, como yo, una alegría y una tremenda emoción por este acto argentino. Creemos en nuestras Fuerzas, creemos en Dios, en la Patria, y diviso también la sagrada imagen de la Virgen de Luján, Patrona de todos los argentinos. Me interesa la Patria. Defiendo la bandera. ¡Y ya flamea la bandera argentina en nuestras islas!
La dignidad y el orgullo nacional han de ser mantenidos a toda costa y a cualquier precio. Era preferible que la nave se fuera a pique antes que arrear el pabellón nacional. Esos son los patriotas y esos son los hombres, como el almirante Brown, que necesita el país. Somos un gobierno acostumbrado a sufrir presiones internas, externas, subterráneas, planetarias, y vamos a seguir resistiendo porque por la extorsión y por la fuerza nadie va a obtener nada de la República Argentina. Por eso voy a seguir luchando siempre desde cualquier lugar por el bienestar del pueblo, por la grandeza de la nación y por la felicidad de todos los argentinos.
Yo les agradezco en nombre de los tres Comandantes y de las Fuerzas Armadas -que son de ustedes, no son nuestras, las Fuerzas Armadas argentinas pertenecen al pueblo de la Nación- esta manifestación de sentimiento y alegría que hoy todo el pueblo argentino comparte después de 150 años de lamentable claudicación. Gracias, señores. Gracias, muchas gracias por todo el aguante de estos setenta días. Muchas gracias a los integrantes de la Fragata, gracias a sus familiares, gracias a todos lo que acompañaron y pusieron garra y lo que hay que poner para defender a la Patria. ¡Viva la Patria! ¡Viva la Patria! ¡Viva Argentina! Gracias, muchas gracias.
PS: El texto precedente ha sido compuesto con fragmentos de los discursos pronunciados el 2 de abril de 1982 por el Presidente de la Nación, general Leopoldo F. Galtieri, y el 9 de enero de 2013 por la Presidenta de la Nación, doctora Cristina F. de Kirchner. Invito a los lectores a descubrir qué párrafos pertenecen a cada uno de ellos.