DATOS PERSONALES
- Fernando A. Iglesias
- * Escritor y periodista especializado en los aspectos políticos de la globalización. * Presidente del Consejo del World Federalist Movement. * Director de la Cátedra de Integración Regional Altiero Spinelli del Consorzio Universitario Italiano per l’Argentina. * Profesor de Teoría de la Globalización y Bloques regionales de la UCES y de Gobernabilidad Internacional de la Universidad de Belgrano. * Miembro fundador de Democracia Global - Movimiento por la Unión Sudamericana y el Parlamento Mundial. * Diputado de la Nación MC por la C.A. de Buenos Aires
martes, 5 de diciembre de 2006
PIEDRAS, PAPELES Y TIJERAS
Menudo problema para el nacionalismo populista travestido de izquierda, siempre dispuesto a adjudicar la responsabilidad de toda guerra a las fatídicas derechas y el demoníaco imperialismo, es explicar ahora cómo es que dos países cuya historia es una sola y que son gobernados por quienes se dicen de centroizquierda estén llegando a semejantes extremos. Para variar, el colmo del despropósito ha estado a cargo del presidente argentino, quien sostuvo que con el crédito otorgado por el Banco Mundial "ganaron los intereses de los países centrales" que, como se sabe, "vienen a contaminar con industrias que no podrían radicarse en el centro". ¿Se refería el Presidente a la República Oriental del Uruguay, país sureño cuyos habitantes son 11 veces menos que los argentinos, habitan un espacio 21 veces menor y disponen de un PBI 16 veces inferior al nacional? ¿O acaso hablaba de Finlandia, una nación colgada del Polo Norte en la que sus escasos 5 millones de habitantes se han apenas liberado de la miseria stalisnista gracias a los cientos de pasteras y papeleras que saturan su territorio, primero en el mundo, en el respeto de los estándares ecológicos?
Aquel discurso del Presidente decía más de lo que él mismo se propuso. Inadvertidamente, pocos días después de haber invocado la mediación del rey de España y mientras descalificaba al colega uruguayo de cuya campaña electoral participó activamente, Kirchner pasó de las alarmadas denuncias de "catástrofe ambiental en curso" a una mucho más modesta justificación de tanta beligerancia patriotera: "Le rogamos al intransigente presidente uruguayo que por favor discutiéramos de qué forma podíamos correr de allí a Botnia para que no contamine visualmente y no nos genere la duda de una futura contaminación", dijo. Repito: las causas de un conflicto explosivo al que para degenerar sólo le falta el irresponsable que encienda la mecha son la contaminación visual y las dudas generadas sobre una futura contaminación...
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