LA GLOBALIZACIÓN SEGÚN STIGLITZ
(publicado en el suple cultural de Diario Perfil)
Después del éxito de El malestar en la globalización y Los felices ‘90, el
Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz presenta
Cómo hacer que funcione la globalización (433 páginas, Editorial Taurus), una serie de recomendaciones keynesianas sobre cómo hacer que la globalización avance sin que el planeta estalle. Trascendiendo el rechazo antimoderno que identifica la globalización con el neoliberalismo y ve en ella una fuerza destructiva, Stiglitz ha evolucionado desde su anterior hipercriticismo hacia una enunciación propositiva. Sin embargo, a pesar de la racionalidad de sus propuestas a favor de una reforma del sistema de comercio internacional, de políticas mundiales activas de reducción de la pobreza y de regulaciones ecológicas y financieras planetarias,
existe una pregunta que Stiglitz no se hace: ¿cómo esperar que los mismos actores que han obtenido del presente modelo de globalización grandes ventajas modifiquen sus políticas sin un cambio en el equilibrio mundial de fuerzas y una reforma democrática de las instituciones que gobiernan los procesos globales? Stiglitz afronta el problema de la democratización de la globalización sin superar las incomprensiones en que las políticas progresistas se hallan varadas: la imposibilidad de enfrentar problemas globales con instrumentos políticos territoriales, el desequilibrio entre un capitalismo globalizado y una política nacional/inter-nacional y el rol ambiguo que juegan las instituciones nacionales en un mundo en el que todo se ha globalizado, menos la democracia. A ello se agrega su
confusión epistemológica entre lo global y lo inter-nacional y su habitual correlato: el reemplazo del principio democrático “un hombre – un voto” por el principio nacionalista “una nación – un voto” como núcleo reformador del sistema global; proyecto fracasado -precisamente- en los ‘90.
Fernando A. Iglesias Autor de “Globalizar la democracia”