DATOS PERSONALES

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* Escritor y periodista especializado en los aspectos políticos de la globalización. * Presidente del Consejo del World Federalist Movement. * Director de la Cátedra de Integración Regional Altiero Spinelli del Consorzio Universitario Italiano per l’Argentina. * Profesor de Teoría de la Globalización y Bloques regionales de la UCES y de Gobernabilidad Internacional de la Universidad de Belgrano. * Miembro fundador de Democracia Global - Movimiento por la Unión Sudamericana y el Parlamento Mundial. * Diputado de la Nación MC por la C.A. de Buenos Aires

lunes, 23 de abril de 2007


Se me ocurrió (es una idea, espero que nadie se moleste ;0) que acaso más útil que seguir polemizando sobre el currículum de sus integrantes sería darle un vistazo a la Declaración de Principios de la Coalición Cívica. Así que se las copio más abajo y que do a la espera de una discusión tan vivaz e interesante alrededor del futuro y los proyectos para el futuro como la que provocaron el pasado y los temas personales.
Espero que no lo tomen como una crítica sino como una autocrítica y que comprendan también que no trato de convertir mi blog en el blog de la Coalición sino de aprovechar una pequeña pausa que me he tomado en mi trabajo preriodístico para discutir con ustedes algunos conceptos que me parecen fundamentales para el país.

COALICIÓN CÍVICA

ÉTICA, REPÚBLICA Y DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO

POR UN NUEVO PARADIGMA DE DESARROLLO ECONÓMICO-SOCIAL

DECLARACIÓN de PRINCIPIOS

Ante la degradación de las condiciones de la vida pública y privada en la Argentina, la irresponsable destrucción de la república, la apropiación y vaciamiento del estado, la continuidad de la corrupción, la ininterrumpida concentración del ingreso y la perpetuación de un país intolerablemente injusto y cada vez más violento, esta COALICIÓN CÍVICA se propone como un espacio plural de participación y consenso que supere la mera oposición al oficialismo y sea capaz de generar las condiciones político-institucionales para un nuevo país socialmente cohesionado, económicamente avanzado e inteligentemente integrado al mundo.

Ética, República y Distribución del ingreso son nuestros principios. Una ética entendida no sólo como lucha contra la corrupción sino como un contrato moral que comprometa a los argentinos contra las corporaciones que controlan la vida nacional, contra las matrices mafiosas que se han apropiado del estado y contra las prácticas clientelistas que erosionan la democracia y la justicia y quitan a los ciudadanos no sólo sus derechos sino su autonomía y dignidad. Una República entendida no solamente como movimiento abstracto de los mecanismos institucionales sino como garantía de poderes estatales responsables ante los ciudadanos y de una democracia sustantiva, basada en la representación y la participación y no en la delegación. Una distribución del ingreso que sea real y no sólo discursiva, que incluya el acceso a la educación y a la cultura y no dependa del asistencialismo clientelista sino que se base en los derechos universales de los ciudadanos y el pleno empleo de sus capacidades en el contexto de la sociedad del conocimiento y la información.

Ética, República y Distribución del ingreso son valores que no pueden ser alcanzados bajo los modelos de país ya fracasados. Para hacerlos realidad, es necesario un nuevo paradigma de desarrollo económico-social. Por eso no estamos por una versión más prolija del presente modelo autoritario y patrimonialista que traiga más de lo mismo, sino por un nuevo paradigma que supere las antinomias (campo o industria, autoritarismo o democracia, distribución o crecimiento, neoliberalismo o neopopulismo corporativo, setentas o noventas, república o justicia social) que durante la segunda mitad del siglo XX han llevado al fracaso a una nación escasamente poblada, educativamente avanzada y en la que abundan los recursos naturales. De los laberintos creados por las antinomias del pasado se sale por arriba, entrando de una buena vez al siglo XXI en el que la riqueza se produce y se distribuye de acuerdo a nuevos procesos y estructuras, tan lejanos de la devastación del territorio y la mentalidad extractiva como de la explotación del trabajo manual en una cadena de producción industrial.

La Argentina tiene excelentes ventajas comparativas en este terreno, el del futuro: el uso de un idioma que es el segundo más hablado del mundo, una apreciable capacidad creativa y de innovación de sus habitantes, numerosos núcleos de desarrollo tecnológico sobrevivientes a las debacles causadas por el sistema político, una tradición de excelencia en biotecnología, principal campo de desarrollo de la revolución científica, y un nivel cultural todavía elevado a pesar del maltrato al que ha sido sometida la educación en el país. Si los argentinos lográramos aplicar nuestra capacidad para generar información, conocimientos, emociones, diversidad cultural y comunicación a todas las ramas de la actividad económica y social -como han hecho hasta ahora sólo unos pocos sectores- el resultado sería una explosión de desarrollo económico y progreso social y no el vulnerable crecimiento sin mejora del perfil social y productivo al que asistimos hoy.

La COALICIÓN CÍVICA se expresa también a favor de la superación de la falsa opción entre las relaciones carnales y el aislamiento internacional. Creemos profundamente en las enormes posibilidades que para sus habitantes puede abrir una Sudamérica orientada al mundo y al futuro, cohesionada por infraestructuras comunes, integrada no sólo económica sino políticamente, con instituciones parlamentarias y judiciales capaces de solucionar conflictos paralizantes como los enfrentan hoy a miembros de un mismo bloque. Proponemos una Unión Sudamericana dotada de mecanismos de decisión democrática de escala continental que sean capaces de arbitrar los problemas regionales y de proveer al continente una estrategia sostenible de desarrollo que no acabe con sus democracias nacionales sino que confiera nuevo vigor a sus mejores principios. Creemos en una Unión Sudamericana con capacidad de decisión autónoma y a la vez integrada al resto del planeta, deseosa de abandonar el victimismo improductivo y de aprovechar las oportunidades que la mundialización está abriendo para los países en desarrollo. Soñamos con una Unión Sudamericana que no sea un mero nacionalismo ampliado a la escala regional ni un muro que separe a sus países del mundo, sino que se constituya como un puente hacia él. Y creemos también que la Argentina tiene un rol importante en su construcción, en la reforma democrática de la ONU y demás organismos internacionales, y en la progresiva creación de instituciones democráticas en el ámbito global.

En el campo institucional nacional la COALICIÓN CÍVICA se pronuncia por un verdadero federalismo fundado en un régimen de coparticipación equitativo que acabe con el chantaje y la cooptación de gobernadores provinciales, por la restitución al Parlamento y la Justicia de su dignidad e independencia avasalladas, por una reforma política y del sistema de financiación de los partidos que impida la eterna reproducción del viejo orden político, por una reforma fiscal que acabe con la concentración de la renta y por la devolución de los poderes sustraídos al Parlamento y el fin del hiperpresidencialismo.
La Argentina ya ha tenido suficientes presidentes fuertes y no necesita otros sino una democracia republicana fuerte, regida por un nuevo contrato moral y ciudadano que garantice tanto la calidad institucional como la distribución social y geográfica de sus riquezas. Y cuando decimos contrato moral y ciudadano no hablamos de abstracciones sino que decimos derecho de todos a la alimentación y los medicamentos por encima de cualquier otra consideración; decimos ingreso ciudadano universal para la infancia y la tercera edad; decimos derecho a la protección de una justicia autónoma; decimos igualdad de oportunidades garantizada por el sistema educativo; decimos no discriminación; decimos derecho a una información y una comunicación independientes; decimos estado eficiente en la lucha contra las mafias narcotraficantes; decimos libertad de opinión, de credo y de conciencia; y decimos liberación del miedo y la opresión.

No comprendemos la polémica entre quienes creen que el problema de la seguridad se soluciona acabando con las injusticias sociales y quienes piensan que se arregla con un eficiente sistema policial y judicial, dilema tan fácil de solucionar poniendo una “y” donde los polemistas ponen una “o”. Estamos por una seguridad humana, es decir: por una seguridad que garantice el derecho a la vida pero que incluya además el acceso de todos a la salud, la vivienda digna, la cultura y la educación. Una seguridad humana que comience por el irrestricto respeto a la ley por parte de todos, comenzando por quienes gobiernan. Una seguridad humana en la que una protección eficaz de las fuerzas policiales no signifique gatillo fácil y en la que el derecho a la vida y a la tranquilidad de los unos y las garantías constitucionales de los otros tengan la misma dignidad.
Queremos una COALICIÓN CÍVICA que apunte a recuperar el Gobierno y el Estado para los ciudadanos, pero queremos también una transformación ética, republicana e igualitaria que vaya más allá del Gobierno y del Estado. Por eso nos comprometemos a respetar en la COALICIÓN CÍVICA los mismos principios que proponemos para el país: proyectos a largo plazo que no sacrifiquen el futuro al presente; toma de decisiones colegiada, transparente y abierta al debate; modelo organizativo pluralista, horizontal y democrático que no excluya a la dirigencia política ni a los partidos pero que tampoco se limite a ellos, sino que promueva la inclusión plena de ciudadanos y organizaciones provenientes de todos los sectores de la sociedad civil.

Somos David contra Goliat y lo sabemos. Y sabemos también que fue David quien triunfó. Venimos de la política, de la cultura, de la religión, de las artes, de las ciencias, y del trabajo duro y del oscuro llano. Somos parte de un diálogo pluralista, intercultural e interreligioso de quienes piensan distinto pero mantienen una misma línea de conducta y un conjunto de principios no negociables ante el poder de quienes dicen pensar lo mismo pero están unidos solo por sus intereses económicos.
Exigimos nuestros derechos y aceptamos nuestras responsabilidades. No nos preocupa el poder corporativo ni sus ataques y amenazas sino el cinismo y el escepticismo de muchas de sus víctimas. Luchamos por un estado de derecho constitucional que sea algo más que letra muerta. Seguiremos dando batalla para que no haya reconciliación sin justicia pero también lucharemos para crear un escenario público en el que la manipulación de la Historia sea repudiada, para instaurar un sistema jurídico que proteja la paz y la verdad y castigue la violencia y la mentira, y para que no haya impunidad para nadie.

No combatimos con las armas del poder sino contra las armas con que el poder hegemónico tiene maniatada a una Argentina de la que dice ser el único capaz de gobernarla cuando en realidad es el único capaz de hacerla fracasar. Invitamos a todos los habitantes del país preocupados por el actual estado de cosas a sumarse a nuestros esfuerzos. Superar las críticas a un sistema agotado para asumir la tarea de construir una alternativa democrática con ETICA, REPÚBLICA, DISTRIBUCIÓN del INGRESO y un NUEVO PARADIGMA DE DESARROLLO ECONOMICO y SOCIAL es el desafío que lanzamos hoy.

3 comentarios:

Pablo dijo...

Muy bueno, Fernando. ¿Cómo se puede participar de este proyecto?
Estoy de acuerdo que hay que terminar con las polarizaciones estupidas que paralizan la acción en este país. Yo, por ejemplo, tengo una línea de pensamiento más orientada a un Lopez Murphy, pero estoy totalmente de acuerdo con lo que decís. Creo que hay poca distancia entre una "derecha" y una "izquierda" liberal. Quizás los primeros se enfocan más en cómo crecer y los segundos en cómo distribuir, pero las dos son cosas que deben hacerse y no son excluyentes por supuesto.
Sin embargo veo que a nivel "mediático" o de "opinión pública en general" se percibe una gran distancia (muchas veces "irreconciliable" entre una Carrió y un Lopez Murphy. Creo que eso es consecuencia de la desinformación de la gente, generalmente alimentada por los "agentes" de la corporación Industrial-sindical-política que maneja el país.
Es por lo tanto nuestro deber (tuyo, mío, de Carrió, de LM, de la colación, etc,) tratar de acortar estas diferencias ante la opinión pública, desde el lugar que nos toque (no se aún cuál es el mío).
Por el momento te dejo estas ideas, pero el tema da para mucho.
Te mando un gran saludo y te deseo éxito.
Pablo Noejovich

Fernando A. Iglesias dijo...

Querido Pablo,
es un mensaje, el tuyo, que me pone contento. La idea de la Coalición, como ya dije y la declaración sostiene claramente, es integrar a su funcionamiento varias mesas que agrupen y expresen a representantes de la sociedad civil. Intentamos acercar a personas que quieren hacer algo por el país pero recelan, con buenas razones, de las afiliaciones partidarias, sin por eso dejar de reconocer el rol fundamental que los partidos tienen en la vida institucional del país. Hay una mesa intercultural, otra de la producción, de los jóvenes, interreligiosa, social y del trabajo, de mujeres por la paz, de las ONGs. Depende de quién seas y qué quieras hacer el lugar en que te ubiques.
Coincido con vos en lo del liberalismo, cuya distorsión es producto del populismo y de las faltas graves de muchos que se dijeron liberales y se subieron apenas pudieron al carro militar.
fernando

Mastrocuervo dijo...

Hola, Fernando. Han pasado apenas cuarenta días de este post, pero parece un siglo...
Me gustaría conocer tu opinión luego de los resultados de las elecciones.
He leído recién un comentario en Perfil de Pepe Eliaschev (http://www.perfil.com/contenidos/2007/06/04/noticia_0009.html) con muchos de cuyos conceptos coincido.
En medio de este fárrago, desde hace varios días recuerdo las veces en que Elisa Carrió lo rigoreó a L. Murphy recomendándole que "se hiciera cargo de sus aliados".
Ahora (con el diario del lunes, es cierto) me pregunto si ella se hará cargo del suyo. En otros términos: ¿qué cosas de Duhalde admira la Dra. Carrió? Tengo la sensación de que la sociedad les pasó a ella y a Telerman una factura por eso.
Me hago cargo de que son momentos difíciles para la coalición, y espero que no consideres a este comentario una chicaneada de tipo kirchnerista, ya que pretendo estar muy lejos de eso.
te envío junto con mi saludo mi profundo sentimiento de respeto por tus ideas.