DISCURSO EN LA CÁMARA DE DIPUTADOS
PROLONGACIÓN DE LA LEY DE EMERGENCIA ECONÓMICA
26 de noviembre de 2008
Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- Tiene la palabra el señor diputado por la Capital.
Sr. Iglesias.- Señora presidente: desde hace cinco años el gobierno nos viene hablando de la inexistencia del viento de cola, de la Argentina blindada, de la Argentina desacoplada, de la Argentina desenchufada, de la Argentina desconectada.
El paroxismo de esta posición ha sido el lamentable discurso de la señora Presidenta en la ONU, burlándose de las desgracias ajenas, hablando del efecto jazz y del plan B, diciendo que la Argentina era una roca firme en el mar embravecido de la crisis financiera global.
¿Dónde quedó todo esto? Si las cuentas están en orden, ¿para qué necesitan la emergencia económica? Si las cuentas están en orden, ¿para qué necesita seguir con la delegación de facultades un gobierno que desde hace cinco años goza de la mejor oportunidad que ha tenido nuestro país desde su fundación?. ¿Ahora vienen a descubrir que la economía está globalizada? ¿Ahora vienen a descubrir que la idea de vivir con lo nuestro es una penosa reedición del programa sexual de la adolescencia?
Los anuncios de ayer han sido expresivos. El gobierno padece de incoherencia autista. Habla de repatriación de capitales el mismo gobierno que con sus políticas económicas provocó la huida de 25 mil millones de dólares en un solo año, la más alta de la historia del país, y que acaba de aplicar una confiscación sobre los ahorros de los futuros jubilados argentinos con la excusa de la reforma del régimen previsional.
Habla del Ministerio de Producción el mismo gobierno que ayer lo borró de un plumazo apenas llegado al poder y que hoy no quiere bajar las retenciones agropecuarias, cuando es necesario y fundamental para reactivar la economía del interior del país, que está parada.
El gobierno –que cada dos minutos acusa a la oposición de ser la nueva Alianza- propone, como sostuvo recién la señora diputada Giudici, como ministra de Producción a quien era secretaria de Comercio de de la Rúa. Son todos signos de incoherencia y de autismo.
Proponen un blanqueo de capitales los que llegaron al gobierno prometiendo que iba a haber traje a rayas para los evasores. Pretenden transformar a las Cancillerías en promotores de la exportación y, al mismo tiempo, tienen cerradas las puertas de la exportación de carne, leche y trigo; y han destruido los circuitos de creación de riqueza de la última parte de la cadena de valor agropecuaria.
Después de todas estas hazañas, el gobierno vuelve a pedirnos hoy más superpoderes. El mismo gobierno que no ha sabido gobernar en la bonanza, ahora propone que le demos otra vez superpoderes para gobernar en tiempos de dificultad.
Señora Presidenta, después de decir que la energía era igual a la masa por la velocidad elevada al cuadrado, Einstein dijo algo aún más inteligente: los problemas nunca se solucionan cuando se encarga la solución a los que son los responsables de haberlos creado y la causa de todos los males. Los argentinos tenemos una larga experiencia sobre esto, y no queremos reeditarla.
¿De qué estamos hablando, Señora Presidenta? No sólo estamos hablando de la emergencia económica; estamos hablando de los decretos de necesidad y urgencia, y de una presidenta que dijo que nunca los iba a firmar y que suscribió el más grande de la historia.
Otra vez estamos con el impuesto al cheque; estamos hablando nuevamente de los superpoderes, de la delegación permanente de facultades del Parlamento argentino al Poder Ejecutivo y del vaciamiento del Parlamento y de las gobernaciones en beneficio de la caja K.
Ley de emergencia, DNUs, ley del cheque, superpoderes; ayer no había que tocarlos porque estábamos creciendo. ¿Para qué los íbamos a tocar si las cosas iban bien?, nos decían. Hoy no hay que tocarlos porque ya no crecemos más. Ayer no se podían tocar porque había sol; hoy, porque llueve. Le pido al oficialismo que diga la verdad: que digan que piensan que es normal y bueno que el Poder Ejecutivo se quede con todas las funciones del Parlamento.
Cuando llueve, delegación de poderes; cuando hay sol, delegación de poderes, si hay niebla, delegación de poderes. Les pido que digan la verdad: piensan que el Poder Ejecutivo se tiene que quedar con todas las atribuciones y las funciones del Parlamento.
Y después les solicito que sean coherentes y que devuelvan las dietas y que manden a su casa a sus asesores, porque un Parlamento que no puede decidir sobre el presupuesto de la Nación no es un Parlamento ni tiene razón de ser.
Ya que estamos en emergencia económica, el Congreso no tiene por qué seguir cargando las arcas del Estado, dado que no cumple con la principal función que le fija la Constitución.
Tienen razón los señores diputados del oficialismo cuando dicen que hablamos de dos modelos opuestos de país. Está el modelo kirchnerista, que concentra el poder político y los recursos económicos para redistribuir la riqueza, según dice. Este es un milagro que en mis cincuenta y un años de vida no he visto jamás en el mundo.
El resultado previsible es que hoy, después de cinco años de crecimiento a cifras chinas, un argentino de cada tres está por debajo de la línea de pobreza. El resultado es que la brecha social es la misma del 2001 y que la única redistribución de la riqueza ha ido a parar a la caja K.
Pero hay otro modelo de país, que es el de una oposición que no cree en el modelo kirchnerista. La oposición quiere descentralizar el poder político y los recursos económicos para redistribuir la riqueza de verdad, tanto social como federalmente, entre los pobres e indigentes argentinos y entre los gobernadores e intendentes, a fin de que decidan qué hacer con los fondos provenientes de la riqueza que crean sus provincias y sus gobernaciones.
La oposición cree en gobernadores que sean gobernadores y no vasallos, y en un Parlamento que sea un parlamento y no una escribanía.
La solidaridad nacional y el federalismo empiezan por los hechos. En los momentos de dificultad es donde se demuestra si se cree o no en la solidaridad y el federalismo.
Sobre todo en las crisis debe haber solidaridad y federalismo, no sólo discursos. Solidaridad y federalismo nacional quieren decir que redistribuimos entre todos los poderes de decisión y los recursos económicos que los hacen posibles.
En efecto, hay dos modelos de país: uno cree en la monarquía y el otro, en la república; uno cree en la caja y el otro, en la ética contra la corrupción; uno cree en una distribución de la riqueza discursiva y el otro, en una distribución de la riqueza real, tanto federal como socialmente.
Por eso, el bloque de la Coalición Cívica va a votar en contra de la prolongación de la ley de emergencia económica y estamos seguros que nos va a acompañar casi toda la oposición, toda la verdadera oposición y también quienes muchas veces han votado estos regímenes en forma equivocada en años anteriores.
Sr. Iglesias.- Señora presidente: desde hace cinco años el gobierno nos viene hablando de la inexistencia del viento de cola, de la Argentina blindada, de la Argentina desacoplada, de la Argentina desenchufada, de la Argentina desconectada.
El paroxismo de esta posición ha sido el lamentable discurso de la señora Presidenta en la ONU, burlándose de las desgracias ajenas, hablando del efecto jazz y del plan B, diciendo que la Argentina era una roca firme en el mar embravecido de la crisis financiera global.
¿Dónde quedó todo esto? Si las cuentas están en orden, ¿para qué necesitan la emergencia económica? Si las cuentas están en orden, ¿para qué necesita seguir con la delegación de facultades un gobierno que desde hace cinco años goza de la mejor oportunidad que ha tenido nuestro país desde su fundación?. ¿Ahora vienen a descubrir que la economía está globalizada? ¿Ahora vienen a descubrir que la idea de vivir con lo nuestro es una penosa reedición del programa sexual de la adolescencia?
Los anuncios de ayer han sido expresivos. El gobierno padece de incoherencia autista. Habla de repatriación de capitales el mismo gobierno que con sus políticas económicas provocó la huida de 25 mil millones de dólares en un solo año, la más alta de la historia del país, y que acaba de aplicar una confiscación sobre los ahorros de los futuros jubilados argentinos con la excusa de la reforma del régimen previsional.
Habla del Ministerio de Producción el mismo gobierno que ayer lo borró de un plumazo apenas llegado al poder y que hoy no quiere bajar las retenciones agropecuarias, cuando es necesario y fundamental para reactivar la economía del interior del país, que está parada.
El gobierno –que cada dos minutos acusa a la oposición de ser la nueva Alianza- propone, como sostuvo recién la señora diputada Giudici, como ministra de Producción a quien era secretaria de Comercio de de la Rúa. Son todos signos de incoherencia y de autismo.
Proponen un blanqueo de capitales los que llegaron al gobierno prometiendo que iba a haber traje a rayas para los evasores. Pretenden transformar a las Cancillerías en promotores de la exportación y, al mismo tiempo, tienen cerradas las puertas de la exportación de carne, leche y trigo; y han destruido los circuitos de creación de riqueza de la última parte de la cadena de valor agropecuaria.
Después de todas estas hazañas, el gobierno vuelve a pedirnos hoy más superpoderes. El mismo gobierno que no ha sabido gobernar en la bonanza, ahora propone que le demos otra vez superpoderes para gobernar en tiempos de dificultad.
Señora Presidenta, después de decir que la energía era igual a la masa por la velocidad elevada al cuadrado, Einstein dijo algo aún más inteligente: los problemas nunca se solucionan cuando se encarga la solución a los que son los responsables de haberlos creado y la causa de todos los males. Los argentinos tenemos una larga experiencia sobre esto, y no queremos reeditarla.
¿De qué estamos hablando, Señora Presidenta? No sólo estamos hablando de la emergencia económica; estamos hablando de los decretos de necesidad y urgencia, y de una presidenta que dijo que nunca los iba a firmar y que suscribió el más grande de la historia.
Otra vez estamos con el impuesto al cheque; estamos hablando nuevamente de los superpoderes, de la delegación permanente de facultades del Parlamento argentino al Poder Ejecutivo y del vaciamiento del Parlamento y de las gobernaciones en beneficio de la caja K.
Ley de emergencia, DNUs, ley del cheque, superpoderes; ayer no había que tocarlos porque estábamos creciendo. ¿Para qué los íbamos a tocar si las cosas iban bien?, nos decían. Hoy no hay que tocarlos porque ya no crecemos más. Ayer no se podían tocar porque había sol; hoy, porque llueve. Le pido al oficialismo que diga la verdad: que digan que piensan que es normal y bueno que el Poder Ejecutivo se quede con todas las funciones del Parlamento.
Cuando llueve, delegación de poderes; cuando hay sol, delegación de poderes, si hay niebla, delegación de poderes. Les pido que digan la verdad: piensan que el Poder Ejecutivo se tiene que quedar con todas las atribuciones y las funciones del Parlamento.
Y después les solicito que sean coherentes y que devuelvan las dietas y que manden a su casa a sus asesores, porque un Parlamento que no puede decidir sobre el presupuesto de la Nación no es un Parlamento ni tiene razón de ser.
Ya que estamos en emergencia económica, el Congreso no tiene por qué seguir cargando las arcas del Estado, dado que no cumple con la principal función que le fija la Constitución.
Tienen razón los señores diputados del oficialismo cuando dicen que hablamos de dos modelos opuestos de país. Está el modelo kirchnerista, que concentra el poder político y los recursos económicos para redistribuir la riqueza, según dice. Este es un milagro que en mis cincuenta y un años de vida no he visto jamás en el mundo.
El resultado previsible es que hoy, después de cinco años de crecimiento a cifras chinas, un argentino de cada tres está por debajo de la línea de pobreza. El resultado es que la brecha social es la misma del 2001 y que la única redistribución de la riqueza ha ido a parar a la caja K.
Pero hay otro modelo de país, que es el de una oposición que no cree en el modelo kirchnerista. La oposición quiere descentralizar el poder político y los recursos económicos para redistribuir la riqueza de verdad, tanto social como federalmente, entre los pobres e indigentes argentinos y entre los gobernadores e intendentes, a fin de que decidan qué hacer con los fondos provenientes de la riqueza que crean sus provincias y sus gobernaciones.
La oposición cree en gobernadores que sean gobernadores y no vasallos, y en un Parlamento que sea un parlamento y no una escribanía.
La solidaridad nacional y el federalismo empiezan por los hechos. En los momentos de dificultad es donde se demuestra si se cree o no en la solidaridad y el federalismo.
Sobre todo en las crisis debe haber solidaridad y federalismo, no sólo discursos. Solidaridad y federalismo nacional quieren decir que redistribuimos entre todos los poderes de decisión y los recursos económicos que los hacen posibles.
En efecto, hay dos modelos de país: uno cree en la monarquía y el otro, en la república; uno cree en la caja y el otro, en la ética contra la corrupción; uno cree en una distribución de la riqueza discursiva y el otro, en una distribución de la riqueza real, tanto federal como socialmente.
Por eso, el bloque de la Coalición Cívica va a votar en contra de la prolongación de la ley de emergencia económica y estamos seguros que nos va a acompañar casi toda la oposición, toda la verdadera oposición y también quienes muchas veces han votado estos regímenes en forma equivocada en años anteriores.
3 comentarios:
Fernando: como siempre una exposicion brillante.Contundente, precisa y realista.¿Acaso queda algo por agregar? Nada
Saludos
Muy buen discurso! Y muy de acuerdo estoy con el mismo.
Me gustó mucho que hayas expresado, por ejemplo, qué tipo de redistribución de la riqueza habría que hacer, según tu criterio. Sobre todo para que los del pueblo vayamos entendiendo cómo se pueden hacer las cosas mejor. Me gustaría que se empezaran a explicar formas concretas, cómo se hace, cómo lo harías, etc. Hacen falta modelos.
Gracias por poner tu inteligencia y buen criterio al servicio de los que necesitamos de los gobernantes, o sea, todos.
Excelente discurso, Iglesias, mcuhas gracias por poner puntos sobre las muchas "ies" de este gobierno de oportunistas e irresponsables.
"Burlarse de la desgracia ajena" es una buena descripcion de las intenciones de quien ocupa la Presidencia como bien ganancial en una democracia africana como la que nos hunde lentamente.
En realidad, en su impresionante ignorancia, se burla de la "caida del capitalismo" mientras permanece peligrosamente cerca de la base del edificio, dependiendo como nunca de la limosna financiera -y ahora incluso del retorno humillante a pedir ayuda del Fondo Monetario-.
Hemos hecho un comentario mas a fondo de lo que nos espera en "Crisis Mundial: el desacople del Eje de los Imbeciles" (URL: http://www.discepolin.com/2008/10/crisis-mundial-el-desacople-del-eje-de.html)
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