DATOS PERSONALES

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* Escritor y periodista especializado en los aspectos políticos de la globalización. * Presidente del Consejo del World Federalist Movement. * Director de la Cátedra de Integración Regional Altiero Spinelli del Consorzio Universitario Italiano per l’Argentina. * Profesor de Teoría de la Globalización y Bloques regionales de la UCES y de Gobernabilidad Internacional de la Universidad de Belgrano. * Miembro fundador de Democracia Global - Movimiento por la Unión Sudamericana y el Parlamento Mundial. * Diputado de la Nación MC por la C.A. de Buenos Aires

sábado, 11 de abril de 2009


Como prometido, subo otro YO LES AVISÉ. Éste, sacado de "Kirchner y Yo- por qué no soy kirchnerista", escrito hace apenas dos años cuando el gran Néstor hablaba de la transversalidad y la concertación argentina, la soja volaba por las nubes, las encuestas le daban 70% y subiendo y Solá era miembro del bloque K. ¿Se acuerdan? Cómo pasa el tiempo....

YO LES AVISÉ

1) "Ningún viento es favorable al navegante que no sabe a dónde ir. Acaso por eso Kirchner procede a la navegación según el manual de los marineros chambones. Si el viento sopla de cola reclama la admiración general por sus inusitadas habilidades oceánicas. Cuando cambie y sople de frente, como suelen hacer los vientos, ya será tiempo de culpar a la demoníaca globalización. Para sus entusiastas admiradores, será ese también el tiempo de decir nuevamente que los políticos argentinos son todos chantas y delincuentes, y de disculparse sosteniendo que a Kirchner lo votaron con la mejor intención".


2) "El kichnerismo es un viaje de ida. Un viaje de ida en bicicleta sometido a la primera ley de conducción de bicicletas: perder velocidad (léase: caer por debajo del 8 por ciento de crecimiento anual) es correr un alto riesgo de venirse abajo. Kirchner, como todo pedalista consecuente, está también sometido a la segunda ley de conducción de bicicletas: andar siempre a mil por hora es –más temprano que tarde- otra garantía de descarrilamiento general. El Presidente ha mostrado saber acumular poder con una torta creciente y un reparto de sus porciones cuyos criterios no son económicos y a largo plazo sino políticos y a corto plazo, en otros términos: criterios basados en el amiguismo genuino, las complicidades espurias y las cajitas felices generadoras de consenso. La pregunta del millón es: ¿podrá Kirchner seguir controlando su alianza del agua bendita peronista y el aceite de pingüino santacruceño cuando la torta se achique y haya que barajar y dar de nuevo en un contexto de expectativas decrecientes?

El kichnerismo es un viaje de ida también en el sentido de que el problema no es sacar a Kirchner del poder, del que probablemente se caerá solo ya que las hegemonías instaladas por los bicicleteros pedalistas suelen desmoronarse tan imprevistamente como se construyeron. Esto, por dos razones: la disputa por el botín y el zafarrancho creado por su incapacidad para reconocer límites a su manejo diletante de la economía, disfrazada hasta el momento del desastre bajo el tupido manto de la omnipotencia del poder".


3) "Pero los días de los tours de pesca de los Kirchner y los Duhalde en Calafate se alejaban, y se avecinaban los de las peleas entre Duhalde y Solá por el control del aparato bonaerense, la denuncia de Cristina sobre los guiones de Francis Ford Coppola, el señalamiento de Duhalde como enemigo a execrar primero y liquidar después, y los novedosos lamentos de Kirchner sobre las desprolijidades (sic) de Remes Lenicov. Sin embargo, existe un elemento decisivo que permite restaurar la continuidad de las plazas kirchneristas, caracterizando a Kirchner como el sucesor de Duhalde que es. Se trata de la incorporación masiva de figuras duhaldistas a su gobierno, proceso comenzado el mismo día de la asunción con la jura de Daniel Scioli, Secretario de Turismo de Duhalde, como vicepresidente, y de los ministros Roberto Lavagna (Economía), Aníbal Fernández (Interior), José Pampuro (Defensa) y Ginés González García (Salud), unánimemente llegados a sus cargos como continuidad de los ejercidos en la presidencia duhaldista. Esta estrategia continuista sería perfeccionada mediante la incorporación permanente de intendentes, funcionarios y parlamentarios menemistas, primero, duhaldistas después, y kirchneristas actualmente, cuya lista es imposible publicar en un libro como éste por razones de extensión, y entre los cuales la figura señera es el diputado José María Díaz Bancalari, pieza principalísima de toda entente pejotista que se precie. Minutos después de tomarle juramento a Scioli, las crónicas registran un Kirchner tempranamente consciente de la necesidad de ocultar las raíces pejotistas-duhaldistas de su poder. “Bajemos de una vez... Antes que se den cuenta”, le dijo a Duhalde en el palco de su ceremonia de asunción.

En cuanto al ser y el no ser peronista de Kirchner, o mucho me equivoco o a nuestro Presidente le espera una cruel paradoja. Ahora que le va bien, y ante lo impresentable de buena parte del pejotismo que lo acompaña especialmente visible después de las exequias de Perón, Kirchner huye de los símbolos peronistas como de la peste (nada de dedos en V, ni de fotos de Perón, ni de marchita) a fin de no espantar a una clase media que se quemó varias veces con leche justicialista y cuando ve la vaca peronista, llora. En tanto, los muchos peronistas que viajan colgados del pasamanos del tren kirchnerista reivindican -con un fervor no indiferente a sus afanes de participar de la cosa pública- el carácter peronista de este Presidente y su gobierno. Este estado de cosas, con el pejotismo en el rol de pretendiente amoroso y Kirchner en el de despectivo cortejado, seguirá si no me equivoco hasta que las cosas se den vuelta y a Kirchner le pase lo que le pasó a Menem, que era indiscutiblemente peronista mientras le fue bien y se tornó decididamente neoliberal después de que se cayó el Sudeste Asiático y el viento de cola empezó a soplar al revés. Cuando su estrella política decline y Kirchner intente refugiarse en el 30 por ciento de adhesión automática que aún está en grado de ofrecer el Pejota, se verá obligado a cantar la marchita y a nombrar en los discursos al General, en tanto que un Pejota otra vez renacido de sus cenizas de Gato Félix propietario de siete vidas declarará ante la sociedad que Kirchner nunca fue peronista, que en realidad era montonero, y que los verdaderos peronistas del futuro son Sobisch, o Macri, o Lavagna, o Romero, o quién sabe qué nuevo engendro construido en los laboratorios del Doktor Mengele bonaerense que trabaja para el Pejota en su tallercito-laboratorio del conurbano".


6 comentarios:

Discepolin dijo...

Interesante cita de su más interesante libro, Iglesias. Menem fue absolutamente peronista, en el mismo sentido que el Perón de 1974 trataba de serlo y explicarlo a los lunáticos de la Patria Socialista hoy en el poder por la ventana de la quiebra.
De 1989 a la fecha hemos tenido una continuidad de 21 años de post-peronismo, nuestro PRI.
La ideología es el barniz cada vez más fino que cubre el propósito político de este cocoliche: robo para las coronas de los caciques de turno.
Robo de ida mediante la privatización -Menem, Salinas- para los amigopoliols, robo de vuelta mediante la reestatización y el shopping amigopólico por testaferros -Kirchner, Lopez Obrado-.
Los mexicanos tardaron 70 años en concluir que sus gobiernos y estado socialista eran medios para el robo.
Los argentinos llevan menos tiempo, pero ya han perdido sus ahorros, sus ingresos, su autonomía personal y su seguridad.
Veremos qué pasa en junio...

guille dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Paco dijo...

Muy bueno Fernando.
Los invito al documental:

Paco dijo...

Kirchner RobandoAhi está. =) Son apuntes, pero algo así saldrá.

Asociación Civil Centro Comunitario Sergio Karakachoff dijo...

http://www.seprin.com/portal2/portal/mostrar.php?subaction=showfull&id=1240220055&archive=&start_from=&ucat=4&

PERONISTA dijo...

usd QUIERE GOBIERNOS Q DUREN DOS AÑOS Y TERMINEN EN HELICOPTEROS