DATOS PERSONALES

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* Escritor y periodista especializado en los aspectos políticos de la globalización. * Presidente del Consejo del World Federalist Movement. * Director de la Cátedra de Integración Regional Altiero Spinelli del Consorzio Universitario Italiano per l’Argentina. * Profesor de Teoría de la Globalización y Bloques regionales de la UCES y de Gobernabilidad Internacional de la Universidad de Belgrano. * Miembro fundador de Democracia Global - Movimiento por la Unión Sudamericana y el Parlamento Mundial. * Diputado de la Nación MC por la C.A. de Buenos Aires

miércoles, 24 de febrero de 2010

ENTREVISTA

“Reencarné sin pasar por la muerte”

Publicado en el Diario Crítica el 21 de febrero de 2010

El dirigente de la Coalición Cívica fue entrenador de vóley en Italia, estudió periodismo y buscó novias en las milongas porteñas. Cree que “casarse más de una vez es innecesario” y advierte sobre los efectos de la dieta tradicional de los políticos.

Por Gabriela Vulcano

“Pasé por el trámite de la reencarnación sin pasar por el trámite de la muerte. Ya reencarné tres veces: fui entrenador, fui periodista y escritor, y ahora político”, se ufana el diputado de la Coalición Cívica Fernando Iglesias en su despacho del anexo de la Cámara baja. Se balancea en la silla y larga una carcajada fastuosa. “¡No me privé de nada!”. El multifacético legislador hace un silencio y dice en voz bajita: “Estuve tan ocupado haciendo otras cosas que no tuve tiempo para formar una familia”.

–¿Cuándo fue la primera vez que se sintió periodista o escritor?

–Fui militante estudiantil en los 70 y de derechos humanos en los 80. Durante veinte años fui entrenador de equipos profesionales de vóleibol. Gané varios campeonatos argentinos e hice una carrera importante en Italia. En el 94, decidí hacer tres cosas que cambiaron mi vida radicalmente: volver a vivir en la Argentina, dejar lo más rápido mi profesión de entrenador y divorciarme. En el 95, me puse a estudiar la globalización de forma autodidacta y en el 2000 comencé a estudiar periodismo en TEA. A partir de que mi cuarto libro tuvo un cierto éxito, comencé con mis primeras notas.

–¿Le resultó fácil publicar sus primeros artículos periodísticos?

–No. No sé si mis ideas son muy buenas o muy malas pero son bastante originales, respecto al tema de la globalización y a otros de mis temas centrales, como el federalismo mundial y la democracia global.

–¿Por qué decidió dejar de ser entrenador de vóleibol?

–Fue una experiencia muy rica que me permitió viajar mucho y hacerme una experiencia cosmopolita. También es cierto que con el deporte había llegado a un punto de cierto agotamiento. Yo siempre he tomado cambios muy rotundos en mi vida. Por eso me metí de lleno en mis otras pasiones, que son el estudio académico de la globalización y la política.

–¿Cuál fue la experiencia más interesante que le dejó su paso por el mundo del deporte?

–Mi mujer, que era jugadora de vóleibol de mi equipo, tenía ciudadanía italo-argentina. Ganamos un campeonato y ascendimos de serie B a serie A. El equipo que perdió ante nosotros era de Sicilia, con ciertas conexiones non sanctas. Plantearon una causa argumentando que la ciudadanía de mi mujer era trucha. Tuvimos que defendernos en un tribunal y demostrar que era real. Si se comprobaba que el bisabuelo de ella era italiano –tal como sucedió–, yo tenía derecho a ser hasta presidente de la República; en caso contrario, tenía que abandonar el país. Eso me llevó a una reflexión sobre los derechos nacionales y a trabajar en ello.

–¿Se volvió a casar cuando regresó a la Argentina?

–No.

–¿Tiene hijos?

–No, por ahora; aunque ya estoy avanzadito.

–¿Le gustaría casarse de nuevo?

–No sé, sí tener una pareja permanente y formar una familia. Casarse es una de esas experiencias por las que uno debe pasar sí o sí una vez en la vida. No hacerlo es perderse una parte de la experiencia humana importante, hacerlo más de una vez es innecesario.

–¿Por qué habría que pasar por esa experiencia sí o sí?

–La idea del casamiento está atada a la idea del amor eterno. Yo pensé que me casaba hasta que la muerte nos separara. Después me di cuenta de que no. Me gustaría encontrar a alguien pensando que será para siempre, pero tengo presente que ese acuerdo puede ser provisorio.

–¿Hace algún deporte?

–Sí, salgo una vez por semana a andar en bicicleta desde San Telmo, donde vivo, hasta la Costanera. Un par de veces por semana hago una rutina de entrenamiento. Uno de los grandes problemas de la clase política es la decadencia del estado físico y de la alimentación. Les dije a mis compañeros de grupo político que un año de una dieta de sándwich, pizza y empanada está bien, pero cinco años le arruinan la cabeza a cualquiera. (Risas).

–¿Se cuida por estética o por salud?

–Por las dos cosas. Tiene que ver con la percepción del propio cuerpo y de nuestros hábitos sociales, pero también por salud.

–¿De qué disfruta cuando tiene tiempo libre?

–Mis placeres están muy ligados al cine y a la charla con mis amigos. Otra cosa que hago regularmente es ir a bailar tango. Hace 15 años que lo hago.

–¿Va a las milongas?

–Mucho menos que antes. Cuando no era diputado y me podía acostar a las cuatro de la mañana, iba a tres o cuatro milongas. Entre mis amigos de la milonga de aquella época estaba un kirchnerista, Elvio Vitali, quien lamentablemente falleció. Evitábamos hablar de política para preservar la amistad y conversábamos de dos argumentos apasionantes: las mujeres y el tango.

–¿Con quién va ahora a bailar tango?

–Solo. Ahí me encuentro con amigos. La milonga es un artefacto social pensado para el encuentro entre el hombre y la mujer.

–¿Ha conseguido novia en las milongas?

–Sí, mis tres últimas novias. No existe ningún otro lugar en el mundo donde uno conozca una mujer atractiva y a los cinco minutos pueda estar abrazándola. En la milonga es posible. Lo cierto es que las parejas de tango no suelen durar mucho, incluidas las mías. (Risas).

–¿Tiene otro pasatiempo?

–Canté en un coro. Tuve un entusiasmo muy apasionado
por la ópera y la canzonetta napolitana.

La billetera del caballero

En su billetera tiene una tarjeta de crédito y dos de débito, el documento, el carné del ACA, la credencial de la prepaga, 250 pesos, un profiláctico, tarjetas personales, el registro de conducir, fotos 4 x 4 y una tarjeta de subte.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

para que quiere un profilactico..EL HOMBRE FORRO.
Es un sinsentido, un absurdo....un meta mensaje, una redundancia

juan dijo...

Che, la verdad que lo podrían haber omitido a ese detalle! jajajaja

marcela dijo...

es raro encontrar un hombre q se dedique al deporte y al mismo tiempo sea un intelectual... lo q se dice un hombre completo, no como los infradotados q pasan a veces por aca...
saludos

Anónimo dijo...

Marcelilita,...... por que raro? como deportista: es mucho mejor que Borges jugando al futbol y como intelectual: es MENOS que la hiena barrios.....lo que se dice un hombre complejo

Fernando A. Iglesias dijo...
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