Entrevista publicada en el diario "El cronista comercial" del 2 de septiembre de 2011
"Pensar que estamos blindados frente a la crisis es una demostración de ignorancia"
Fernando Iglesias, diputado por la Coalición Cívica, analiza los nuevos ejes de la globalización moderna, cuestiona la falta de límites del gobierno nacional y la carencia de liderazgo en la oposición.
Por Laura Mafud
Caminar por las calles de Creta, en Grecia, levantar la vista y leer "Buenos Aires" escrito en la vidriera de una exclusiva firma de indumentaria argentina que basa su identidad en el polo; ingresar, luego, y a pocos metros, en busca de un frapuccino en una cadena estadounidense de cafeterías y escuchar, desde la mesa de al lado, a los turistas ingleses que se refieren al escándalo de Dominique Strauss-Khan mientras el contingente asiático sigue posando ante los incansables disparos de la Canon G 12 made in Japan y un fanático del Barcelona, con camiseta del otro "10", anhela ansioso la final de la UEFA que se jugaría, días después, en Londres. Globalización. Imparable. Inabarcable.
Fernando Iglesias, escritor, periodista y diputado nacional de Buenos Aires por la Coalición Cívica, se dedica al estudio de la globalización desde hace más de 15 años. El universo que constituyen los tiempos actuales en sus diferentes aspectos (político, económico, tecnológico y cultural) y la interrelación de estos campos son algunos de los temas sobre los que trata en su último libro, La modernidad global. "La comprensión del escenario actual es decisiva para los países, las empresas, los grupos sociales y las personas. Hubo un cambio tan veloz que tendemos a refugiarnos en las categorías del pasado. Es necesario pensar nuevos ejes para comprender la realidad", sostiene Iglesias en diálogo con We. Desde el volumen, inicia un recorrido por los 10 paradigmas del escenario actual.
En este aspecto, resulta difícil desligar todo análisis de la coyuntura. Iglesias asegura que la sociedad y sus sistemas -económico, político y tecnológico- avanzan a velocidades diferentes y gestan un fenómeno asincrónico. El problema es que la velocidad del cambio tecnológico provoca situaciones de urgencia pero la política avanza más despacio que la "tecnoeconomía". "Tenemos una tecnología del siglo XXI, una economía del siglo XX y una política del siglo XIX. El mercado financiero es global, pero las políticas siguen atadas al pasado y aparecen crisis derivadas de esa asincronía", sostiene. Y completa: "En la volatilidad financiera internacional y en el cambio climático hay un fenómeno del tipo global, que intenta ser manejado desde los Estados nacionales o en mesas en las cuales los actores están más preocupados en no pagar los costos que en que se solucione el problema". En este sentido, el diputado propone avanzar hacia formas democráticas de escala global, que incluyan el desarrollo nacional y regional, así como una reforma de las Naciones Unidas para tratar globalmente las grandes crisis "De lo contrario, vamos a encontrar escenarios catastróficos, ya sea por el recalentamiento global, la proliferación nuclear, el terrorismo y el descontrol sobre la tecnología", advierte.
Fernando Iglesias, escritor, periodista y diputado nacional de Buenos Aires por la Coalición Cívica, se dedica al estudio de la globalización desde hace más de 15 años. El universo que constituyen los tiempos actuales en sus diferentes aspectos (político, económico, tecnológico y cultural) y la interrelación de estos campos son algunos de los temas sobre los que trata en su último libro, La modernidad global. "La comprensión del escenario actual es decisiva para los países, las empresas, los grupos sociales y las personas. Hubo un cambio tan veloz que tendemos a refugiarnos en las categorías del pasado. Es necesario pensar nuevos ejes para comprender la realidad", sostiene Iglesias en diálogo con We. Desde el volumen, inicia un recorrido por los 10 paradigmas del escenario actual.
En este aspecto, resulta difícil desligar todo análisis de la coyuntura. Iglesias asegura que la sociedad y sus sistemas -económico, político y tecnológico- avanzan a velocidades diferentes y gestan un fenómeno asincrónico. El problema es que la velocidad del cambio tecnológico provoca situaciones de urgencia pero la política avanza más despacio que la "tecnoeconomía". "Tenemos una tecnología del siglo XXI, una economía del siglo XX y una política del siglo XIX. El mercado financiero es global, pero las políticas siguen atadas al pasado y aparecen crisis derivadas de esa asincronía", sostiene. Y completa: "En la volatilidad financiera internacional y en el cambio climático hay un fenómeno del tipo global, que intenta ser manejado desde los Estados nacionales o en mesas en las cuales los actores están más preocupados en no pagar los costos que en que se solucione el problema". En este sentido, el diputado propone avanzar hacia formas democráticas de escala global, que incluyan el desarrollo nacional y regional, así como una reforma de las Naciones Unidas para tratar globalmente las grandes crisis "De lo contrario, vamos a encontrar escenarios catastróficos, ya sea por el recalentamiento global, la proliferación nuclear, el terrorismo y el descontrol sobre la tecnología", advierte.
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