Les copio mi artículo de ayer en La Nación.
Más noticias a partir del jueves, luego de la presentación.
Fernando
INTELECTUALES POR UNA DEMOCRACIA
GLOBAL
¿Qué tienen que ver las revoluciones democráticas del mundo árabe, los
indignados de Madrid y Atenas, el movimiento Occupy Wall-Street, la proliferación
nuclear, la crisis financiera y el recalentamiento climático? Todo. Si las crisis
económicas, ecológicas y de seguridad globales nacen de la incapacidad del
sistema político nacional/inter-nacional para enfrentar los desafíos planteados
por la globalización, el creciente número y relevancia global de los
movimientos sociales expresan un descontento generalizado con las formas
existentes de representación democrática, restringidas hoy, en plena era
global, a la escala nacional.
Por este motivo, un grupo de académicos e intelectuales de todo el
planeta hemos decidido hacer conocer nuestra posición a favor de un orden global más justo, pacífico,
democrático y humano, redactando y firmando el "Manifiesto por una democracia global". El
Manifiesto es una declaración pluralista que pone el énfasis en los valores cosmopolitas
compartidos por personas de muy distintos orígenes y convicciones, y en la
necesidad de avanzar hacia nuevas
instituciones democráticas regionales, internacionales y mundiales capaces de
afrontar los desafíos del siglo XXI.
El documento comienza con un diagnóstico de
los motivos del retroceso de la política: “Las capacidades
democráticas de los estados nacionales y las instituciones inter-nacionales se
ven cada vez más restringidas frente al desarrollo de poderosos procesos,
organizaciones y sistemas mundiales cuya índole no es democrática”, señala, y aunque extiende la crítica a
los principales responsables de las decisiones globales intenta también
encontrar una razón que supere los meros cargos personales: “Durante los últimos años, los principales
líderes nacionales e inter-nacionales del mundo han corrido detrás de los
acontecimientos globales. Su reiterado fracaso demuestra que no bastan las
reuniones ocasionales, ni los acuerdos inter-gubernamentales, ni la cooperación
inter-nacional, ni el pretendido multilateralismo, ni las actuales formas de
gobernanza inter-estatales. La globalización de las finanzas, las cadenas
productivas y los sistemas de comunicación, y el poder planetario alcanzado por
las tecnologías destructivas exigen la globalización de las instituciones
políticas de regulación y control”.
De allí, el Manifiesto por una Democracia Global pasa a enunciar una serie
de propuestas sostenidas por varios de sus firmantes, unificando varias
iniciativas de las cuales algunas tienen por ahora un carácter meramente
académico pero muchas –como la de la Asamblea Parlamentaria de la ONU, aprobada
por los parlamentos europeo, latinoamericano, africano, del Mercosur y
argentino- han avanzado ya mediante el desarrollo de vastas campañas globales: “Las crisis globales requieren soluciones
globales. Por eso exigimos la urgente creación de nuevas agencias globales
especializadas en el desarme, el crecimiento equitativo y sostenible y la
protección del medio ambiente, y la rápida implementación de formas de
gobernanza democrática global en todos los temas que las actuales cumbres
inter-gubernamentales han demostrado ser incapaces de resolver…. Las
organizaciones nacional-estatales deben formar parte de una estructura más
amplia y mejor coordinada, que debe articular instituciones regionales
democráticas en todos los continentes, la reforma de la Corte Internacional de
Justicia, una Corte Penal Internacional más justa y equitativa, y una Asamblea
Parlamentaria en las Naciones Unidas, embrión de un futuro Parlamento Mundial”.
El cierre corresponde a una reinterpretación en clave global del concepto
de ciudadanía, nacido –como el propio nombre lo indica- en las ciudades y detenido
hoy en el nivel nacional: “No queremos
ser mundialmente gobernados por quienes sólo han sido elegidos para hacerlo a
nivel nacional, ni por organismos inter-nacionales que no nos representan –sostienen-
Por eso reclamamos instituciones
políticas regionales, inter-nacionales y mundiales que expresen las diferentes
visiones y defiendan los intereses comunes de los siete mil millones de mujeres
y hombres que componemos hoy la humanidad. Reivindicamos nuestro derecho a
participar de las decisiones globales que afectan nuestras vidas. Queremos ser
ciudadanos del mundo y no sus meros habitantes”. Finalmente, el Manifiesto concluye
en clave de convocatoria de alcance planetario: “Exigimos democracia no sólo a nivel nacional sino una democracia
global, nos comprometemos a trabajar por su desarrollo y llamamos a todos los
líderes políticos, intelectuales y civiles, a todas las organizaciones,
partidos y movimientos democráticos, y a todas las personas de convicciones
democráticas del planeta, a participar activamente de su constitución”
El Manifiesto por una Democracia Global ha sido firmado ya por muchas
de las más reconocidas autoridades en el estudio y discusión de estas
problemáticas, entre otros: Abdullahi Ahmed An-Na'im, Daniele Archibugi,
Jacques Attali, Bertrand Badie, Zygmunt Bauman, Ulrich Beck, Mary Burton, Noam
Chomsky, Richard Falk, Susan George, David Held, Mary Kaldor, Mathias
Koenig-Archibugi, Lucio Levi, Giacomo Marramao, George Monbiot, Toni Negri,
Heikki Patomaki, Beatriz Sarlo, Saskia Sassen, Fernando Savater, Roberto
Saviano, Juan José Sebreli, Richard Sennett, Vandana Shiva y Andy Strauss. Lo
lanzaremos el miércoles 27 de junio en
la LSE (London School of Economics and Political Science) mediante una
conferencia de prensa que se desarrollará bajo el lema “Intelectuales de
todo el planeta llaman a los líderes mundiales y los ciudadanos del mundo a
construir una democracia global”. Será la primera de una serie que incluye
a Roma (septiembre) y Buenos Aires (noviembre), y que continuará en 2013 en
Nueva York, Bruselas, Nueva Delhi, Tokio y otras ciudades de todo el planeta.
Quienes estén interesados en la iniciativa encontrarán informaciones actualizadas
en http://globaldemocracymanifesto.wordpress.com/
Como en los duros tiempos de la finalización de la
Segunda Guerra afirmaron varios líderes pacifistas y federalistas mundiales,
parece haber llegado el momento de elegir entre un mundo o ninguno.
Fernando A. Iglesias